Una nueva ley despojó de su tradicional inmunidad a la gran empresa de minería de cobre de Zambia, tras décadas de protección ante cualquier acusación basada en la contaminación del aire que puede producir su actividad.
"Toda ley que estimule el desarrollo y la obtención de riqueza a expensas de la salud del pueblo y en perjuicio del ambiente debe ser condenada", dijo el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, William Harrington, ante el Parlamento.
Harrington pronunció esas palabras al presentar la Ley de Acciones para Prohibir el Daño del Humo, que derogó la antigua legislación puesta en vigor en la época colonial para proteger a la compañía minera de cualquier demanda judicial en momentos en que comenzaba la explotación de las ricas reservas de cobre.
Incluso después de la independencia de Zambia en 1964, la ley permaneció en vigencia, probablemente porque las exportaciones de cobre, que sigue realizando la empresa estatal ZCCM (Zambia Consolidated Copper Mines), representan 90 por ciento de los ingresos exteriores del país.
La población del cinturón cuprífero, una región al norte del país, ha estado expuesta durante más de una generación a los humos de dióxido sulfúrico lanzados al aire por las operaciones mineras.
Particularmente perjudicados han sido los trabajadores de las minas, cuyos poblados están ubicados en una zona donde se abaten los vientos que arrojan el humo de las chimeneas de las plantas en las que se funde el mineral.
Según el departamento de seguridad del Ministerio de Minería, se ha producido un aumento del número de personas que se presentan a los hospitales con complicaciones respiratorias en los poblados mineros de Luanshya, Kitwe y Mufulira.
También el suelo parece estar afectado en estas localidades, que han perdido su vegetación, incluso la hierba, en una región que se extiende a unos 400 kilómetros al norte de Lusaka.
Al instar a la Asamblea Nacional a legislar en favor de un ambiente más limpio sobre bases sostenibles, Harrington denunció la incoherencia en materia de protección ambiental, como en el caso de ZCCM, que era la única industria inmune a cualquier acusación judicial basada en la contaminación.
El año pasado, por ejemplo, un magistrado multó en 5.000 dólares a la única refinería independiente de petróleo por dejar que se produjeran derrames de crudo en un río que surte de agua limpia a las comunidades de la zona.
Katongo Chisupa, portavoz del Consejo del Ambiente de Zambia (ECZ), dijo a IPS que "ahora es posible que los particulares demanden a ZCCM si pueden probar que los humos son causantes de sus enfermedades, y que sean indemnizados".
Creado en 1991, el ECZ controla la contaminación industrial del aire y las aguas, especialmente en el cinturón cuprífero. Además vigila la degradación del suelo, la deforestación y la depredación de la vida silvestre. (FIN/IPS/tra-en/ap/jm/arl/en/96)