VENEZUELA: Camdessus pasa, las medidas quedan

Durante su estadía en Venezuela, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, pretendió dar una imagen más "social" de ese organismo multilateral y se reunió con sindicalistas, a la vez que alabó la gestión económica del gobierno.

"Constato con gran tristeza que cayó el salario y aumentó el desempleo", dijo este alto funcionario francés de 63 años de edad. "Esta es una tragedia", agregó.

Los que estaban presentes en pleno palacio de Miraflores, sede del gobierno venezolano, se miraron unos a otros. Algunos sonrieron, otros desviaron las caras.

No es que alguien quisiera negar los índices de 20 por ciento de desempleo, una inflación interanual que rondará los tres dígitos y 80 por ciento de la población sumida en la pobreza, pero llamaba la atención que fuera Camdessus el que les llamara la atención al respecto.

La foto del abrazo del diriegnte del FMI con un veterano líder sindical venezolano ofreció la prueba gráfica del realismo mágico tropical.

Durante años, el sindicalismo venezolano rechazó cualquier acuerdo con el Fondo -uno de sus asesores fue el ahora ministro de Hacienda Luis Matos- y tildó de injerencistas a sus políticas.

Pero en esta ocasión, la dirigencia sindical tendió la alfombra roja al dirigente del FMI y se peleó para retratarse con él.

Hasta ahora el plan económico del presidente Rafal Caldera había carecido de un "facilitador", de un buen relacionista público tanto en lo interno como en lo externo y sorprendentemente lo encontró en el directivo del FMI.

Con Camdessus promoviendo personalmente el plan de estabilización, la Agenda Venezuela, que según el gobierno pone énfasis en el aspecto social, la economía nacional espera cambiar radicalmente el ambiente de desconfianza que la rodeó en los últimos dos años.

Según el jefe del FMI, ya la confianza comienza a fluir hacia el país y se manifiesta en el renovado interés de los inversionistas.

Camdessus suscribió el lunes con el gobierno local un memorando de entendimiento previo al acuerdo contingente que significará para Venezuela un aporte de 1.500 millones de dólares en un año.

Previamente se había reunido con dirigentes de las cuatro centrales sindicales del país para exponer la nueva imagen del FMI, más flexible.

El Banco Central de Venezuela divulgó las cifras de inflación correspondientes a mayo, que marca un aumento de 12,6 por ciento en el costo de la vida, para una tasa acumulada en los cinco primeros meses del año de 51,5 por ciento y del 99,5 por ciento para los últimos doce meses.

El gobierno estima que en junio la inflación seguirá su tendencia ascendente.

Aún quedan algunas medidas por implementar del paquete de ajustes anunciado el 15 de abril por el gobierno, cuando liberó el control de cambios, precios y tasas, decidió una devaluación líneal de 70 por ciento y quintuplicó el precio de los combustibles.

En la nueva tormenta de medidas por anunciar están un aumento del impuesto a las ventas al mayor del 12,5 al 16,5 por ciento y un alza en las tarifas de servicios públicos, en especial de la electricidad.

Alentado ahora por el aval de la máxima figura del FMI a su plan, el Ejecutivo continuará con las reformas, a pesar de que éstas agravan la situación del 80 por ciento de la población que no puede cubrir sus necesidades básicas.

Camdessus indicó que las reformas promovidas por el FMI no son las causantes de la pobreza y la inestabilidad. "Es la falta de programa, es el no ajuste", aseveró ante las cámaras de televisión.

"Ahora estamos muy atentos a las realidades sociales, al impacto social de la ejecución de los programas y al entorno institucional", dijo.

Y agregó ue nadie tiene derecho a afirmar que las medidas adoptadas en el anterior plan de ajustes en 1989, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, fueron la causa del estallido social conocido como el "Caracazo" ni de los dos intentos de golpes de Estado de 1992.

"Los pueblos del mundo no estiman solamente una tasa de crecimiento. Quieren que el crecimiento se haga sobre conceptos de justicia, de participación, de una manera respetuosa de los derechos humanos, del medio ambiente y, por encima de todo, respetando las costumbres y culturas de los pueblos", señaló.

"La experiencia nos ha enseñado que las políticas deben ser asumidas por los pueblos como si fueran suyas. Si no es así no se prestará atención a los cambios necesarios en el marco institucional, habrá impacto social y los riesgos de fracaso son muy grandes", aseveró.

El máximo jefe del FMI sostuvo que las economías, en un ambiente globalizado, deben sostenerse sobre tres pilares: el mercado, el Estado y la solidaridad interna con los más pobres. "El Estado debe encargarse de mantener el marco legal necesario para las inversiones y respetar el estado de derecho", destacó.

La única vez que se lo vio dudar durante su corta estancia en Caracas fue cuando se le dijo que de los programas estructurales aplicados con las recetas del Fondo, a América Latina sólo le había quedado una profundización de la pobreza y un aumento de la brecha entre los más ricos y los más pobres.

"El que garantiza el fiel cumplimiento del aspecto social de estos programas no es el FMI, sino su gobierno y su parlamento, representantes de un pueblo soberano", respondió.

El ministro de Hacienda era uno de los más contentos tras los homenajes a Camdessus. Según dijo, se está produciendo un cambio cultural profundo, el de dejar para siempre la economía rentista y especulativa para pasar al modelo de la economía del trabajo. (FIN/IPS/aa/dg/if/96).

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe