UGANDA: Lograr un cese del fuego por ahora resulta imposible

La esperanza que se concretara un anuncio del grupo rebelde ugandés, Ejército de Resistencia del Señor (LRA), de cesar el fuego con motivo de las elecciones parlamentarias de fín de mes, resultó vana y, por el contrario, esta semana recrudeció la ola de violencia en el norte del país.

No solo perecieron 20 soldados gubernamentales en una emboscada, sino tambien 17 personas, de las cuales 16 eran civiles, debido a la explosión de una mina mientras viajaban al oeste de la población de Gulu, en el norte de Uganda.

Todavía mas ominoso, en términos de negociar una tregua, fué que dos ancianos Acholi que estuvieron realizando conversaciones de paz con el LRA cayeron asesinados, al parecer por los propios rebeldes.

El diario gubernamental "The New Visión" informó el jueves que ambos dignatarios fueron abatidos cuando cruzaban un torrente en las afueras de su aldea. Uno recibió un balazo en la espalda tras haber sido maniatado.

El brigadier Chefe Ali, comandante de la IV División a cargo de la zona norte, dijo que los asesinos eran miembros del LRA porque "supimos que los rebeldes estaban buscando a esos individuos. Incluso la familia de una de las víctimas confirmó que fué obra de los rebeldes". Añadió que el ejército advirtió a los ancianos de la amenaza.

Los dos hombres asesinados pertenecían a la vanguardia de los ancianos Acholi en la región, para tratar de iniciar conversaciones de paz. También formaron parte del grupo que en abril encontraron al presidente Yoweri Museveni y le ofrecieron negociar con el líder rebelde Joseph Kony.

Museveni, si bien está personalmente convencido que la fuerza de las armas es la única solución a la amenaza del LRA, dijo que los respaldaría. Tambien reiteró que si bien deseaba extender una amnistía presidencial a antiguos rebeldes, esa medida no incluiría a Kony y dos de sus comandantes, a los que llamó "asesinos".

No obstante, mientras la mayoría de los Acholi están en favor de la negociacion, tras una década de fracasos militares para derrotar a los rebeldes, surgieron dudas acerca de los motivos de los dos ancianos, especialmente porque se supo que pretendían 153.000 dólares para abrir una oficina en Gulu. El dinero no incluía encuentros con rebeldes para conversar.

Incluso hubo rumores en Gulu, la capital regional, que en realidad los dos ancianos Acholi eran partidarios del LRA y pretendieron obtener ventaja del acuerdo gubernamental de proveer fondos para las conversaciones de paz.

No está claro todavía porque los dos hombres fueron asesinados. En una carta enviada en abril a los ancianos, Kony se mostró deseoso de entablar negociaciones de paz. Un vocero del LRA en Nairobi dijo tambien que el grupo estaba dispuesto a negociar.

El general Salim Saleh, recientemente designado asesor presidencial respecto al norte, sugirió que la propuesta de los ancianos de hacer retornar del exilio a la dirigente rebelde Alice Lakwena había enojado a Kony, que es pariente lejano de la mujer.

"Parecería que los rebeldes creen que los ancianos están minando su influencia al hablar de paz en las aldeas. Los aldeanos querrían el retorno de Lakwena, que no es el deseo de Kony", dijo.

El brigadier Chefe Ali dijo que quizás el LRA temió que los ancianos lo traicionaran.

Lakwena, una carismática predicadora del culto, encabezó la primera insurrección en Acholilandia, que fué protagonizada por campesinos y soldados del derrotado régimen de Tito Okello, contra el llamado Movimiento Nacional de Resistencia de Museveni, basado en el sur, que luchó para conquistar el poder en 1986. Las fuerzas de Lakwena fueron derrotadas en 1987 cuando marchó sobre Kampala.

Kony, un hirsuto fumador de marihuana, reanudó los combates luego que Lakwena se marchó al exilio en Kenia, y ha logrado tener bases en el vecino Sudán islámico para refugiarse y rearmarse. Su propósito, expresó, es la imposición de una idiosincrática versión del cristianismo en Uganda.

Las iniciativas de paz son uno de los tantos intentos recientes del gobierno para tratar de resolver la inseguridad en el norte del país que ha desestabilizado a Uganda durante 10 años.

Desde que Museveni triunfó el mes pasado en las elecciones presidenciales, más de 4.000 reservistas desmovilizados fueron llamados nuevamente a las filas y apostados en el norte. El ejército ugandés había comenzado una reducción a comienzos de los años '90 como parte del programa de reforma económica del país.

Desde entonces, Museveni ha dicho que la manera de derrotar a los rebeldes, que se desplazan en pequeños grupos, atacan a civiles y sobre todo evitan objetivos militares, era saturar la zona de soldados.

La mayor parte de las armas altamente tecnológicas, compradas con los ahorros del proceso de desmovilizacion, son casi inútiles contra un enemigo que se oculta en la espesura. Los helicpoteros artillados del ejército son los únicos que resultan amenazadores a los rebeldes.

Los políticos tambien han aumentado su presencia en el norte. Poco despues de las elecciones presidenciales, la vicepresidenta Wandira Specioza Kazibwe, lanzó el Fondo Acholi para recolectar dinero en favor de las víctimas de los ataques de Kony.

El general Saleh, hermano del presidente y héroe de guerra, tambien constituyó su residencia provisoria en Gulu.

No obstante, a pesar de au promesa que iba a mudarse a Gulu por varias semanas para supervisar el fin de la inestabilidad si resultaba reelecto, Museveni ha permanecido en Kampala. (FIN/IPS/tra-en/ab/oa/ego/ip).

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