TRABAJO: Obreros y patrones distanciados ante trabajo a domicilio

La protección de la más joven categoría de obreros en el mundo, los trabajadores a domicilio, ahondó viejos antagonismos entre sindicalistas y empleadores al clausurarse hoy la Conferencia Internacional del Trabajo.

Representantes de patrones y de obreros volvieron a votar en discrepancia cuando se debatió el proyecto de convenio sobre el trabajo a domicilio.

La convención fue finalmente aprobada por 246 votos favorables, 14 negativos y 152 abstenciones. La mayoría de los delegados empleadores expresaron desacuerdo mediante la abstención.

Una fuente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que entre los 14 votos opositores figuraron los de representantes de los gobiernos de Alemania, Birmania, Brasil, Camerún, Jordania, Gran Bretaña y Swazilandia.

Una vez ratificada por los Estados miembros, la convención obligará a los gobiernos a revisar la política nacional en materia de trabajo a domicilio para mejorar la situación de los trabajadores del sector.

Los obreros a domicilio surgieron masivamente en los últimos años como uno de los factores más dinámicos del mercado mundial.

Sólo la categoría dedicada al teletrabajo ocupa siete millones de personas en Estados Unidos, 150.000 en Alemania, 560.000 en Gran Bretaña, 215.000 en Francia y 80.000 en Italia.

En el otro extremo, India reconoce oficialmente la existencia de 20 millones de trabajadores a domicilio, aunque las estimaciones de los sindicatos duplican esa cifra. En China, la legión de obreros a domicilio oscila también en unos 20 millones.

En India, la mayoría son mujeres y se dedican a fabricar desde cigarrillos hasta tejidos, vestidos y utensilios de plástico.

El proyecto aprobado define al trabajo a domicilio como el realizado por una persona "en su domicilio o en otros locales que escoja, distintos de los locales de trabajo del empleador".

La caracterización legal requiere que el trabajador perciba una reumuneración y que elabore un producto o preste un servicio conforme a especificaciones del empleador, independientemente de quien proporcione el equipo, los materiales u otros elementos.

La Organización Internacional de Empleadores (OIE) había anunciado hace dos semanas que desertaría de las sesiones de la Conferencia cuando se discutiera el convenio de trabajo a domicilio.

Sin embargo, los empleadores participaron de la votación en la sesión plenaria de clausura de este jueves.

El director general de la OIT, Michel Hansenne, advirtió en su momento que esa deserción, por primera vez en la historia de la organización, podía amenazar el principio del sistema tripartito (obreros, empleadores y gobiernos) que la sustenta.

Los empleadores declararon que el convenio aprobado "en estrecha votación" es "un instrumento imperfecto" y en consecuencia recibirá "muy pocas ratificaciones" de los Estados miembros.

"No aportará nada a los trabajadores a domicilio y, en síntesis, esta convención se sumará sencillamente a la colección reciente de instrumentos de 'letra muerta' aprobados por la OIT", dijeron los empleadores.

El sindicalista británico Ron Oswald, de la Unión Internacional de la Alimentación, denunció que los empleadores se oponen porque llevan adelante una campaña mundial para conseguir la desregulación del mercado laboral y empujar a los obreros hacia la pobreza.

Hansenne describió a los trabajadores a domicilio como una categoría especialmente vulnerable.

La OIT recordó que el trabajo domiciliario es una actividad que escapa al control gubernamental.

Las filas de la fuerza de trabajo domiciliario, de bajos salarios y con frecuencia clandestina, crece tanto en los países subdesarrollados como en los industrializados.

Las mujeres representan la inmensa mayoría, alrededor de 95 por ciento, de los trabajadores a domicilio, un sector que también se relaciona con el trabajo infantil.

Durante el período de sesiones, la Conferencia reiteró un llamado a gobiernos, obreros y empleadores para poner fin a "los aspectos más intolerables del trabajo infantil, como la esclavitud, las tareas peligrosas y la explotación sexual comercial de niños". (FIN/IPS/pc/ag/lb/96

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