TELECOMUNICACIONES: La opción europea

El apartado y semioculto emplazamiento del local de la Unión Europea (UE) en "Americas Telecom 96", la gran exposición de tecnología de telecomunicaciones montada en esta ciudad, simboliza las dificultades que los Estados, aún los más dinámicos, afrontan en un área dominada por las corporaciones privadas.

En la muestra, que concluye este sábado, los europeos optaron por mantenerse fieles a su relación con el mundo de las ideas, sin presentar competencia al despliegue publicitario de las corporaciones estadounidenses y japonesas.

Así, apelaron al concepto de "sociedad de información" para referirse al proceso democrático, participativo, pluricultural y multilinguístico comenzado en 1984 y que en 1998 culminará con la liberalización total de sus redes y servicios de telecomunicaciones.

En 1987, los estados miembros de la actual UE esablecieron las bases programáticas para el desarrollo de un mercado único de equipos y servicios de telecomunicaciones. Un año después acordaron la liberalización de los equipos y en 1990, de los servicios, a excepción de la telefonía de voz.

En ese mismo año fueron fijadas las directrices estatutarias para la creación de redes abiertas, y posteriormente se convino el plazo del 1 de enero de 1998 para la liberalización global y la competencia absoluta.

"Las fechas fijadas se respetaron escrupulosamente. Y las decisiones se adoptaron por consenso", destacó a IPS Eugenio Triana, consejero principal de la Dirección General de Telecomunicaciones de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE.

La idea de una "sociedad de información", expuesta durante una conferencia de prensa en la exposición de Río de Janeiro, no mereció ni un sólo párrafo en la prensa de la ciudad.

Ese concepto expresa la preocupación europea ante los grandes cambios sociales y orgánicos originados en la revolución de las comunicaciones y de la información.

También considera la asistencia a los enfermos, la educación y el entrenamiento a distancia, y la gestión del transporte, entre otras cosas.

El desinterés de la prensa ante las iniciativas de la UE en el área de telecomunicaciones puede tener origen en el proceso de privatización que se cumple en Brasil.

"En casi todos los operadores de las telecomunicaciones europeas existe participación del Estado, en menor o mayor medida. En British Telecom esa participación es mínima, en Telefónica de Espana es del orden de 20 por ciento, y en otros paises llega a 100 por ciento".

La adjudicación a un consorcio encabezado la estatal Electricité de France de la empresa eléctrica Light, del estado de Río de Janeiro, provocó la reacción de los privatistas a ultranza.

"Licitar una empresa con el proposito de desestatizarla para terminar vendiéndola a un Estado extranjero es empeorar las cosas", sostienen.

Triana puntualizó que, en el caso de las telecomunicaciones, esas voces críticas pasan por alto que "todas las empresas europeas (del sector) están en proceso serio de privatización".

"Los procesos de liberalización en los paises de la UE van acompañados de procesos de privatización. No hay una rígida relación causa-efecto, pero sí una correlación muy alta", agregó.

También destacó, del camino seguido por Europa para alcanzar la liberalización total del sector dentro de dos anos, "el acceso al sistema de red abierto para todos los operadores y usuarios" (la esencia de Internet), y "el esfuerzo de armonización de las legislaciones y las tarifas, que se extenderá al otorgamiento de licencias".

Pero, sobre todo, subrayó la importancia de la eliminación de los monopolios y la apertura a la competencia. "Se acabaron los derechos exclusivos y especiales. Primero, en el caso de los satélites, después en el cable de TV, más tarde en los teléfonos celulares y, a partir de 1998 ocurrirá lo mismo con la telefonía vocal", señaló Triana.

"La separación entre operadores y reguladores también es una medida esencial", añadió.

Para Triana el principal propósito de la participación de la UE en la feria de Río es "trasladar a América Latina, en general, y a Brasil, en particular, nuestra propia experiencia".

"Para conseguir un verdadero servicio universal, lo fundamental es crear un sistema de competencia abierta. Eso permite que los precios bajen, que la calidad aumente y que se introduzcan nuevos servicios. En definitiva, que los beneficios de las telecomunicaciones lleguen a todos los ciudadanos", declaró.

A primera vista se trataría de un objetivo inalcanzable para los países del Sur. Pero Triana señaló que "por primera vez en la historia de las telecomunicaciones, las tecnologías más avanzadas son también las más interesantes para las regiones pobres".

"Mediante la utilización de satélites y sistemas de comunicaciones móviles, existe la posibilidad de proporcionar esos servicios a las regiones más postergadas, a un costo muy adecuado y en un tiempo récord", agregó. (FIN/IPS/jg/ff/cr sc/96)

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