Mientras la salud registra algunos progresos en el mundo, un indicador permanece invariable: el de mortalidad de las criaturas más frágiles en la última etapa de la gestación o en el momento del nacimiento.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que 7,6 millones de bebés no superen los períodos finales del embarazo o fallecen en el alumbramiento o en su primera semana de vida.
El informe precisó que de esa cifra, 4,3 millones mueren antes o durante el nacimiento y 3,4 millones no sobreviven más de una semana.
Si bien el número de niños que mueren durante su primer año de vida (mortalidad infantil) ha disminuido de manera notable en el último decenio, el número de pequeños que nacen muertos o perecen en la primera semana se mantiene sin cambios.
La mayor proporción (98 por ciento) de decesos durante el período perinatal se registra en los países en desarrollo, con 57 niños nacidos muertos o fallecidos en la primera semana sobre un total de 1.000 nacimientos.
Esa cifra es cinco vecesu superior a la mortalidad perinatal de los paises desarrollados, que se ubica en 11 por mil.
Los porcentajes más elevados se verifican en Africa occidental, central y oriental, donde llegan a 80 por mil. En Asia meridional y central, la tasa asciende a 66 por mil.
El informe consigna que la mortalidad perinatal es más alta en las regiones donde la mortalidad materna es también elevada. Esas zonas se caracterizan asimismo por la carencia de atención sanitaria calificada durante los alumbramientos.
Cuatro de cada 10 de los decesos que se producen actualmente antes del primer año de vida ocurren en la primera semana.
La OMS exhortó a redoblar esfuerzos para adoptar las medidas sencillas y económicas que permitan reducir la mortalidad perinatal.
La mortalidad perinatal se encuentra estrechamente relacionada con la condición y el estado nutricional de las mujeres y es una consecuencia de los cuidados insuficientes que se prestan a las mujeres embarazadas y a los recien nacidos. (FIN/IPS/pc/ff/he/96)