Cincuenta de los 89 gobernadores esparcidos por los vastos territorios que forman la Federación Rusa, desde la Rusia Central hasta Siberia y el Lejano Oriente, participan activamente en la campaña por la reelección del presidente Boris Yeltsin en los comicios de este domingo.
Sólo 21 de ellos apoyaban a Yeltsin en febrero pasado, pero en los últimos meses la mayoría de los líderes políticos regionales se han volcado a su favor, según un estudio realizado por el centro de investigaciones "Region-Inform", con sede en Moscú.
Otros 18 líderes regionales que ejercen poderes similares a los de "pequeños zares" en sus dominios también respaldan al presidente, aunque no participen directamente en su campaña. Los gobernadores locales jugarán un papel clave el próximo domingo.
Esa es una de las razones que explican el rápido empuje de Yeltsin en las encuestas de intención de voto, pues la fuerza de los jefes políticos regionales y locales se hace sentir en aquellos lugares adonde no llega la potencia de la publicidad que arrastra votos en los grandes centros urbanos.
"La publicidad en los medios de comunicación sólo es útil en las capitales. La elección se decidirá en las regiones", afirmó ante la prensa Vyacheslav Nikonov, segundo jefe de la campaña de Yeltsin.
La elección del jefe del estado se realizará en dos vueltas. La primera votación se celebrará este domingo. Solo los dos candidatos más votados comparecerán a la segunda vuelta, en una jornada posterior, si ninguno de ellos logra la mayoría en la primera.
Nikonov reconoció que el Partido Comunista tiene fuertes redes regionales que resultan difíciles de superar. "Pero la gran victoria de Yeltsin fue la creación de una estructura alternativa apoyada por los gobernadores de las regiones", explicó.
Ese factor y un estilo vigoroso dieron un vuelco a la campaña de Yeltsin, quien pasó de la posición de un rezagado que contemplaba una segura derrota en un renacido candidato con aspecto de ganador.
Algunas encuestas lo muestran por delante del candidato del Partido Comunista, Gennady Zyuganov, con una ventaja de 20 o 25 puntos porcentuales. El Instituto de Estudios Sociales Comparativos (CESSI), independiente, atribuyó 34,5 por ciento de los encuestados en favor del voto a Yeltsin.
Zyuganov ocupó un distante segundo lugar con 15,9 por ciento. El general Alexander Lebed, el economista liberal Grigori Yavlinsky y el ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky, aparecían en tercero, cuarto y quinto puesto, con 7,1, 6,7 y 6,5 por ciento respectivamente.
El cirujano oftalmólogo Svyatoslav Fyodorov, que propone una forma de "capitalismo popular" de fabricación doméstica, obtuvo 2,7 por ciento de las intenciones de voto, mientras los restantes 11 aspirantes -incluido el ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov- no lograron superar la marca de uno por ciento.
La estrella de Zyuganov empezó a declinar en marzo, después de alcanzar su apogeo, hasta llegar a su debilitada luz actual.
"Por primera vez en toda la campaña, parece que los comunistas van a perder", reconoció Lyudmila Telen, subjefa de edición del semanario Noticias de Moscú.
Sin embargo, Alexander Kinsbursky, de la empresa encuestadora Vox Populi, opinó que la posición de los gobernadores puede cambiar considerablemente si en la primera vuelta de las elecciones Yeltsin obtiene menos votos que Zyuganov.
No se espera que ninguno de los candidatos alcance 50 por ciento de los votos en la primera vuelta, lo que obligará a convocar nuevamente al electorado para la segunda votación, entre los dos primeros.
Algunos analistas entienden que la actual ventaja no asegura a Yeltsin más votos que Zyuganov en la primera vuelta, pues recuerdan que el Partido Comunista puede recurrir a un núcleo disciplinado de votantes. Los votantes del presidente, por el contrario, podrían fallar.
Los partidos de la oposición sospechan falta de limpieza en el funcionamiento de los 97.000 centros de votación y en los 2.700 funcionarios que formarán la cadena de conteo de los votos.
En ese sentido se destaca la importancia del papel que jugarán los observadores extranjeros, que no serán más de 1.000, pertenecientes a la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa y al Instituto Republicano Internacional.
Esta será la segunda elección popular y directa de un jefe de estado en la historia de Rusia.
"Los historiadores del futuro marcarán el 16 de junio como el punto de partida del desarrollo del estado ruso", dijo a IPS Grigori Bondarevsky, investigador del Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias. (FIN/IPS/tra-en/ss/fn/arl/ip/96)
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