RUSIA/ELECCIONES: Los comunistas ven complots por todas partes… y rezan

El candidato comunista a la Presidencia de Rusia, Gennady Zyuganov, que estaba hasta hace poco al frente en las encuestas previas a las elecciones del domingo, implora ahora por la intervención divina.

Los sondeos muestran al presidente Boris Yeltsin, que procura la reelección, a la cabeza entre los votantes ya decididos desde fines de mayo.

Mientras Yeltsin ascendía en el electorado, a Zyuganov se lo vio a fines del mes pasado en millones de pantallas de televisión en plena peregrinación al monasterio de San Serafín Sarovsky en Deveyevo, Rusia central.

La concurrencia al famoso templo de 261 años de antigüedad, durante una gira de cinco días por la región de los Urales, respondió a la necesidad del candidato comunista de conquistar la simpatía de los fieles de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Zyuganov se definió ante los periodistas que le aguardaban como "un amigo de la Iglesia" y un apóstol de la tolerancia religiosa. Estableció similitudes entre la doctrina comunista y la Biblia. Consignas como "la religión es el opio de los pueblos" son cosas del pasado, aseguró.

Pero el líder comunista se mostró, en ocasiones, incómodo. En lugar de persignarse ante las reliquias sagradas, apenas inclinó la cabeza, y no besó el féretro de San Serafín, sino que lo acarició. Estos gestos causaron consternación entre los creyentes.

"Tocar de ese modo el ataúd es lo mismo que concurrir a la iglesia mal vestido. Pueden llegar a pedirle, con cortesía, que se retire", observó Valery Nikolsky, experto en religión ortodoxa rusa del Instituto Estados Unidos y Canadá con sede en Moscú.

Zyuganov sintió más confianza frente a estudiantes de Perm a quienes intentó convencer de que el desmoronamiento de la Unión Soviética no se debió solo a motivos internos. La causa principal, dijo, fue la "guerra secreta" desatada por el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy (1961-1963).

"Después de la crisis de los misiles en Cuba, Kennedy dijo: 'No podemos combatir a la Unión Soviética, porque nos suicidaríamos, Pero tampoco podemos permitir que se desarrollen"', manifestó el candidato.

Zyuganov aseguró que, según un memorando secreto del gobierno de Kennedy al que tuvo acceso, "su tarea era demostrar a los ciudadanos soviéticos que vivir en una URSS unida era malo, y que la división era mejor".

El documento mencionado por el dirigente comunista también establecería que la ruptura de la Unión Soviética beneficia los intereses de Estados Unidos "a través de la destrucción de los vínculos económicos, pues cada nuevo país se hundiría" tras su independencia.

Sin embargo, Zyuganov identificó también como "razones internas" que contribuyeron con la caída de la URSS los monopolio del poder y la verdad y el control total de la propiedad en manos del Partido Comunista.

Con la única compañía de un oscuro cantante folklórico y por un aún más oscuro poeta que viajaron con él en la gira, el candidato logró deslumbrar, fundamentalmente, a ancianos.

Zyuganov se lamentó por el estado de la salud, la alta criminalidad, la baja calidad de vida y la incidencia del alcoholismo. Y acusó a Estados Unidos por la mayor parte de esos horrores.

"Su retórica antioccidental convence a la vieja generación y a ciudadanos con poca educación, pero sus quejas hacia el rígido control de los medios de comunicación puede convencer a un electorado más amplio sobreexpuesto a las noticias favorables a Yeltsin", dijo Stepan Kisselev, analista del diario Izvestia.

"Las noticias cada vez se parecen más y más a avisos en favor de la reelección", advirtió el decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Moscú, Yassen Zassoursky.

Desde mediados de mayo, los 11 candidatos presidenciales disponen de espacio gratuito en la televisión. De todos modos, las principales noticias de los informativos reflejan solo las multitudes que aclaman al presidente de Rusia en su campaña.

Los periodistas, en general, tratan con dureza a los oponentes de Yeltsin. Zyuganov debió refutar al anfitrión de un programa semanal de televisión que, mientras lo entrevistaba, trazó paralelos entre las ideas del actual comunismo ruso y los de la revolución de 1917.

El Partido Comunista desmintió asimismo una nota publicada por Komsomolskaya Pravda, uno de los principales diario de Moscú, que atribuía al programa económico del Partido Comunista propuestas de expropiaciones, restricciones en los viajes al exterior y congelamiento de precios y salarios. (FIN/IPS/tra-en/ss/fn/mj/ip- cr/96)

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