La dilatada Federación Rusa se encaminó hoy a una dramática segunda vuelta de las elecciones presidenciales, porque ninguno de los candidatos en carrera logró la mayoría absoluta, tras la primera votación del domingo último.
El presidente Boris Yeltsin logró solo una ligera ventaja sobre su principal rival, el comunista Gennady Zyuganov, a pesar que la mayoría de los medios publicitaron masivamente su imagen. Con más del 80 por ciento de los sufragios escrutados, Yeltsin obtuvo el 35 por ciento contra el 31,5 de Zyuganov. El ex general del ejército, Alexander Lebed, está tercero con el 15 por ciento.
La segunda ronda ya se dió por cierta y se efectuará previsiblemente el 7 de julio próximo. Yeltsin advirtió a sus connacionales que deben optar por "volver a las revoluciones o avanzar hacia la estabilidad".
Como tercero en la carrera presidencial, el liberal Lebed ahora puede jugar un papel crucial en la segunda ronda porque ha sido señalado como un posible aliado de Yeltsin. "Estoy dispuesto a trabajar con Yeltsin si es que me lo pide", declaró.
Este lunes, los observadores domésticos e internacionales, si bien ratificaron que el comicio fué "libre y justo", criticaron el virtual monopolio de los medios ejercido por Yeltsin.
En cuanto la tendencia del voto resultó clara, Yeltsin se precipitó a la televisión y urgió a la ciudadanía a unirse en su favor. Las reglas electorales rusas permiten que cada uno de los candidatos utilice 10 minutos de tranmisión por TV para dirigirse a sus seguidores pero, para el votante medio, fué como si Yeltsin hubiera adquirido todos los canales.
Durante la campaña proselitista, el mandatario dominó claramente los tres canales nacionales de TV y apareció con una nueva imagen todos los días. Cuando no estaba en las profundidades de una mina de carbón en Vorkuta, bailaba con un conjunto pop en Novosibirsk o era el invitado de honor en una fiesta folklórica en Tatarstán.
También acaparó las primeras páginas de los diarios todos los días, casi siempre con comentarios favorables.
Además, el influyente canal 1, que transmitió diariamente su noticiario "Vremya" junto con el informativo "Itogi" del independiente canal 4, difundió constantemente los porcentajes de votantes en favor del "zar Boris", y registró con abierta satisfacción la ligera baja de Zyuganov.
Expertos del Instituto de Opinión Pública (VTSIOM) dijeron que la manera en que se difundieron los resultados probablemente influirá en los electores para la segunda vuelta, y los tentará a votar por el candidato más promisorio.
"Puede darse tambien que el público llegue al hartazgo y actué reactivamente", señaló un especialista de VTSIOM.
"Creo que las noticias se han transformado cada vez más en publicidad para el presidente", advirtió Yassen Zassoursky, decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Moscú.
Viktor Linnik, ex editor del diario comunista "Pravda", dijo que los pocos medios que antes de las elecciones criticaron a Yeltsin "cambiaron milagrosamente del día a la noche. Ahora elogian al presidente y tratan de ignorar el reverso de la medalla".
"Sabemos que si ganan los comunistas vamos a perder todo lo que conquistamos", comentó el semanario "Moscow News".
Periodistas liberales señalaron que hay diarios procomunistas como el "Pravda", de Linnik, "Rusia Soviética" y el ultranacionalista "Zavtra", pero su oposición a Yeltsin se dió por descontada y no habrían influído en la gente, según VTSIOM.
"La televisión independiente siempre fué leal a Yeltsin, simplemente porque es el presidente de Rusia", declaró Igor Malashenko, miembro del consejo ejecutivo de su campaña electoral.
Muchos periodistas rusos piensan que Yeltsin apoyó la libertad de prensa. El mandatario permitió a los medios, excepto aquellos solo publicitarios o revistas eróticas, de obviar el pago del 21 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre sus beneficios, por un período de tres años.
Otro factor fué que la mayoría de la prensa independiente siente que debe su existencia al respaldo de Yeltsin a la libertad de expresión, informar y viajar, mantenido en sus cinco años de virtual reinado.
A pesar de la caída del poder adquisitivo de la población, aparecieron más de 200 nuevas publicaciones y cuatro canales de televisión, solo en Moscú, durante el quinquenio yeltsiniano.
No obstante, otros observadores señalaron que ciertas secciones de los medios criticaron la política del mandatario, si bien con benevolencia o tibieza.
Las noticias sobre Chechenia, donde prosiguieron los choques armados pese a las seguridades de Yeltsin, estuvieron relegadas a segundo lugar detrás de la cobertura de las elecciones.
Gran espacio se dió a uno de los principales escándalos de la campaña: la declaración del ministro de Defensa, Pavel Grachev, días antes del comicio, quién aseguro que "la flota (de la armada rusa) voto el 100 por ciento en favor de Yeltsin".
No obstante, el uso que dió Yeltsin a los medios fue inarrestable, porque todos los días firmó dos o tres decretos dando facilidades impositivas o financieras a pequeños campesinos, empresas en dificultades o entidades científicas.
Su visita relámpago a Chechenia, así como la tregua que estableció con una delegación de esa república separatista en mayo, saturó virtualmente a los medios.
"No se puede evitar que esos hechos se publiquen en primera página", arguyó Dmitry Sabov, de la revista "Itogi-Newsweek".
Muchos observadores coincidieron que es difícil medir cuánta influencia ejerció la acción de los medios en la votación del domingo, pero en la segunda vuelta previnieron que una nueva saturación en favor de Yeltsin quizás podría ser contraproducente. (FIN/IPS/tra-en/ss/hvdb/fn/ego/ip).
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