REPUBLICA CHECA: Westinghouse acusada de soborno

La empresa estadounidense Westinghouse puede estar envuelta en un importante caso de corrupción que investiga la policía de la República Checa, tras la denuncia de manejos ilícitos en la obtención de un contrato para la terminación de una central energética nuclear.

No obstante, militantes ambientalistas temen que las indagaciones terminen en la nada debido a la influencia de la compañía en círculos gobernantes.

Westinghouse negó este lunes la acusación de haber actuado de manera incorrecta en su oferta para obtener dos estratégicos contratos de la empresa pública nuclear checa, Ceske Energeticke Zavody (CEZ), destinados a terminar la construcción de la Central Energética Nuclear de Temelin.

La central de Temelin -construida sólo hasta la mitad del proyecto según el modelo soviético VVER-1000- resulta importante para Westinghouse, según Paxus Calta, que pertenece al grupo ambientalista checo Hnuti Duha y se dedica a campañas internacionales en el campo energético.

"Es la puerta de entrada para que Westinghouse pueda obtener otros contratos de terminación y ampliación de centrales del tipo VVER en Europa oriental", explicó Calta.

Tanto una auditoría interna ordenada por la junta directiva de CEZ, como el informe del Equipo de Control de Temelin solicitado por la junta supervisora, sugieren que Westinghouse pudo haber recibido información reservada en relación con los contratos, aventajando ilegalmente a sus competidores.

Los dos contratos se refieren, respectivamente, al suministro de combustible nuclear y al suministro de sistemas de información y control (I&C).

CEZ pidió la intervención de la policía tras haberse publicado en el diario Mf Dnes una carta supuestamente enviada por un contacto de Westinghouse a un miembro de la junta directiva de la empresa estatal, en la que se aconsejaba sobre la mejor manera de hacer que la multinacional obtuviera el contrato de I&C.

En la carta, fechada el 17 de agosto de 1995, tanto el autor como el destinatario se identifican sólo por dos iniciales, JV y JK, respectivamente.

El periódico sugirió que ellas correspondían al ex vicepresidente de CEZ, Jan Krenk, y a Jan Vadlejch, un contratista de Westinghouse que ha desaparecido. Como era de esperar, Krenk negó haber recibido la carta.

Westinghouse presentó inicialmente, en julio pasado, una oferta por 21,8 millones de dólares, mientras que la presentada por Electricité de France (EdF) fue 5,6 millones más baja.

Algunos miembros de la junta directiva de CEZ, que preferían a Westinghouse, lograron abrir una segunda fase de licitación en que las compañías podrían revisar sus ofertas.

Mientras EdF se mantuvo cerca de su precio original de 16,2 millones de dólares, Westinghouse redujo el suyo a 14,8 millones, lo que supuso un recorte de 32 por ciento.

En la carta publicada, el supuesto autor aconsejaba que se abriera un segundo turno de recepción de ofertas, aparentemente en conocimiento de que el precio de EdF era más bajo.

La auditoría interna criticó el procedimiento seguido en la licitación, argumentando que la apertura de un segundo turno para recibir ofertas "es muy inusual y no sigue las reglas de las licitaciones internacionales".

Tanto los representantes de Westinghouse como los altos administradores de CEZ rehusaron hacer comentarios sobre este punto.

Calta recordó la actuación de Westinghouse en el asunto de la planta de Bataan, en Filipinas, en 1974. En aquella oportunidad la compañía fue acusada de haber pagado un soborno ("comisión de ventas") a Hermini Disini, acompañante del presidente Marcos en sus prácticas de golf.

Temelin está siendo ajustada y completada por Westinghouse con financiamiento del Export-Import Bank, institución financiera pública de Estados Unidos. Se espera que a su terminación el costo de construcción haya superado en no menos de 10 por ciento el presupuesto inicial de 2.400 millones de dólares.

Estaba previsto que el primer reactor comenzara a funcionar en septiembre de este año, pero el gobierno admitió que la no estará en condiciones hasta bien entrado el año próximo.

Calta, por el contrario, cree que la energía nuclear no es necesaria para la República Checa y defiende un mayor uso de las pequeñas estaciones hidroeléctricas. (FIN/IPS/tra-en/jp/hvdb/arl/en-ip/96)

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