Argentina parece ser la nueva meta del reverendo sudcoreano Sun Myung Moon, líder de una secta religiosa y un poderoso imperio económico ya presente en numerosos países latinoamericanos, que prometió "edificar el reino de Dios sobre la Tierra antes del 2000".
Miembros del gobierno del presidente Carlos Menem admitieron esta semana, luego de una inicial negativa, haberse reunido con el líder religioso asiático durante su última visita a Argentina, a mediados de mayo.
Moon arribó a Buenos Aires con el objetivo de levantar en la región mesopotámica argentina "comunidades ideales" en las que se asentarían ciudadanos de "160 países pobres" que vivirían "de la caza y de la pesca", según declaró.
Para ello piensa invertir unos 500 millones de dólares en la adquisición de terrenos en las provincias de Corrientes, Formosa y Entre Ríos.
Moon "está en un proyecto, que ya comenzó, de fundar comunidades en las que puede enseñar el uso de la tierra, el agua y el suelo en varios asentamientos" que levantaría en áreas ubicadas entre los ríos Paraná y Uruguay, explicó Ricardo de Sena, representante de la secta en Argentina.
La presencia de los seguidores del carismático líder religioso en Argentina no es nueva. Su Iglesia de la Reunificación fue legalizada en 1981, en épocas de la dictadura militar (1976-1983).
Entre los adeptos locales del movimiento figuran el almirante Emilio Massera, integrante de la junta militar que en 1976 derribó al gobierno electo de Isabel Perón, y el general Genaro Díaz Bessone. También militó en sus filas el recientemente fallecido ex presidente Arturo Frondizi.
Pero fue en 1995 que el reverendo Moon comenzó a planificar una implantación territorial e inversiones de su movimiento en Argentina.
A fines de ese año adquirió un terreno ribereño del río Paraná y por la misma época se reunió con el presidente Menem. En un primer momento el encuentro había sido desmentido por el gobierno, pero luego, tras la publicación de fotos en que ambas personalidades aparecían juntas, debió admitirlo.
La reunión, según reveló el diario Clarín de Buenos Aires, había sido "arreglada" por el entonces presidente de Uruguay Luis Alberto Lacalle.
La "Iglesia de la Reunificación" tiene en Uruguay una de sus bases latinoamericanas más sólidas desde que se estableciera en el país en plena dictadura militar (1973-85).
Es propietaria de un diario, una imprenta, y tiene importantes inversiones en un banco y el sector turístico, incluido el hasta ahora único hotel cinco estrellas de Montevideo, el Victoria Plaza.
Según estimaciones, en ambos países del Río de la Plata (Argentina y Uruguay) la secta cuenta con unos 15.000 adeptos, de los cuales alrededor de 500 son activos.
En total, los seguidores del religioso sudcoreano serían unos tres millones en todo el mundo.
En 1995, antes de arribar a Argentina, Moon se había reunido con los presidentes de Paraguay, Ecuador, República Dominicana y Nicaragua, países donde ya cuenta con inversiones. El mismo año, el ex presidente de Estados Unidos George Bush lo acompañó en una gira por Japón.
En América Latina actúa a través de dos asociaciones (Causa Internacional y Aula) y presenta a menudo a su movimiento como una "organización de caridad".
En 1984, el religioso creó el Consejo Internacional de Seguridad, que fue dirigido dos años después por el ex secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte Joseph Luns.
Moon asegura haber recibido "la misión de construir el reino de Dios sobre la Tierra" tras un "contacto divino" que, según afirma, tuvo "a los 17 años".
El reino divino se haría "sobre las ruinas del socialismo". Su definido carácter anticomunista valió al reverendo estrechos lazos con los regímenes militares latinoamericanos y con el gobierno de su país.
El líder ultraderechista francés Jean Marie Le Pen, conocido por sus posiciones racistas y xenófobas, admitió que el líder religioso financió su campaña presidencial de 1988.
Moon es tan conocido por sus lazos políticos como por su voluntad de "constituir familias de fieles" que expandan "la doctrina de la Iglesia de la Unificación para renovar la sociedad".
A fines de agosto de 1995 celebró un "gigacasamiento" en el que unió a 360.000 parejas que la propia Iglesia había creado. La mayoría de los contrayentes ni siquiera se conocían.
Pero su "Iglesia" es también un fuerte imperio financiero, cuya riqueza se basa en inversiones y en las cotizaciones de sus adeptos.
"Buenos días, nuestro padre. Queremos darte todo el dinero posible para que puedas unir al mundo", era la oración con la que hasta hace unos años los fieles iniciaban el día.
El imperio de Moon posee negocios de todo tipo, que van desde el armamento hasta el turismo, pasando por la industria farmacéutica, la metalúrgica, la pesca y la prensa (en Estados Unidos es propietario del diario Washington Times).
En 1984 fue condenado a 13 meses de prisión en Estados Unidos por fraude fiscal y luego estuvo en el centro de otro escándalo cuando un banco propiedad de su movimiento, el National Diplomatic, cerró por quiebra.
"Moon habló bien de Hitler, tiene fábricas en Corea y su secta fue denunciada por destructiva por el Parlamento Europeo, el español y el francés", dijo Alfredo Silleta, presidente de la Fundación Argentina de Estudios de Sectas.
"Además de apoyar golpes y dictaduras en América Latina, financió armas a la contra de Nicaragua", agregó.
Silleta denunció también a la Iglesia de la Reunificación por "manipular mentalmente" a sus fieles, especialmente los más jóvenes, y pidió a la Secretaría de Cultos del gobierno argentino que "de una vez por todas tome cartas en el asunto". (FIN/IPS/dg/jc/ip-cr/96)