La asociación de Chile y Bolivia al Mercosur y la crítica situación de Perú en la Comunidad Andina parecen provocar al gobierno peruano una cierta sensación de soledad geopolítica, que podría obligarlo a flexibilizar su propuesta arancelaria.
En los próximos días, en Brasilia y Caracas, se podrá comprobar hasta que punto está dispuesto el gobierno de Alberto Fujimori a modificar sus esquemas liberales para superar su relativo aislamiento frente a los procesos de integración puestos en marcha en América del Sur.
El gobierno de Fujimori es el más "aperturista" que ha tenido Perú hasta ahora, pero su esquema liberal de desarrollo lo puso con un pie fuera de la Comunidad Andina, un bloque nacido en 1969 como Pacto Andino y que tuvo a Perú entre sus creadores.
Fujimori también toca desde hace dos años y sin resultado a la puerta del Mercosur (Mercado Común del Sur), la misma que esta semana se abrió a Bolivia y Chile.
Perú mantiene dos niveles arancelarios, de 15 y 25 por ciento, que proyecta unificar. La Comunidad Andina y el Mercosur aplican aranceles inferiores a la importación procedente de terceros de insumos y bienes de capital, y mayores a los productos intermedios o finales.
La estructura arancelaria de la Comunidad Andina comprende tramos de cero, cinco, 10, 15 y 20 por ciento, y en el Mercosur, los escalones ascienden de cero a 20 por ciento.
Fujimori y sus ministros consideran que los aranceles escalonados implican una forma de proteccionismo y solicitan a sus socios andinos que los abandonen para estimular a la industria a buscar competitividad en el mercado mundial.
"El proteccionismo favorece el crecimiento de industrias artificiales, incapaces de competir en el mercado internacional" señala Carlos Boloña, ex ministro de Economía de Fujimori y autor del modelo de desarrollo liberal de Perú.
En cambio, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados (Confiep), Jorge Picasso, considera conveniente admitir el arancel escalonado para recuperar posición en la Comunidad Andina, "que es el mercado natural y más accesible para nuestro país", y seguir negociando con el Mercosur.
"Si Perú no abandona su ortodoxia liberal arancelaria no podrá superar la situacion en que se encuentra en el bloque Andino, ni le serán abiertas las puertas del Mercosur", comentó Luis Abugattas, del Centro de Investigaciones de la Sociedad Nacional de Industrias.
La ministra de Industria, Comercio e Integración, Liliana Canale, se encuentra en Brasil, en cuyo gobierno confían las autoridades peruanas para lograr la asociación con el Mercosur.
Canale viajó a Brasilia despues de una larga conversación con Fujimori y con Eduardo Farah, empresario textil y presidente de la Sociedad Nacional de Industrias.
No trascendieron los temas de la conversación, pero antes de abordar el avión que la condujo a Brasil, Canale reitero que Perú continuará negociando un acuerdo de comercio con el bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
A cambio de apoyo para entrar al Mercosur, Perú ofreció a Brasil una ruta terrestre, directa y más barata que la vía marítima actual, hacia el atractivo mercado de la cuenca del Pacífico.
El ofrecimiento comprende también el suministro del gas natural que será extraido de los yacimientos de Camisea y que Brasil necesita para impulsar proyectos de desarrollo en los estados de Acre y Rondonia, fronterizos con Perú.
Después de Brasilia, Canale viajará a Caracas, para reunirse el 2 de julio con representantes de Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, los cuatro países socios de Perú en la Comunidad Andina.
La reunión de Caracas fue prevista para "analizar la marcha del proceso (de integración) y debatir las normas comunitarias del mercado destinadas a perfeccionar el mercado ampliado" de la Comunidad Andina, según se informó oficialmente.
Según fuentes del Ministerio de Industria, Comercio e Integración, Perú llevará a Caracas una posicion diferente a la mantenida hasta ahora, en busca de compatilizar su esquema arancelario con el de ña Comunidad Andina.
La fuente senaló que se barajaban dos alternativas: la primera consistiría en la renuncia de Perú a la unificación de aranceles, manteniendo los dos que tiene ahora, de 15 y 25 por ciento, y que los paises andinos reduzcan su arancel externo común a tres escalones, de cinco, 10 y 15 por ciento.
La segunda propuesta contempla el establecimiento de tres niveles arancelarios para los cinco países, y de aprobarse, obligaría a Perú a abandonar definitivamente su proyecto de arancel único.
"Perú podrá ceder en la medida en que ellos también avancen. La meta debe ser concentrar los aranceles, evitar su dispersion", comentó Canale la semana pasada. (FIN/IPS/al/ff/if ip/96