PALESTINA-HABITAT: Autoridades heredan crisis urbana

La señal distintiva de la naturaleza del desafío de la gestión urbana en Palestina quizá sea la capa de alquitrán negro que recubre las paredes del edificio de la alcaldía en Ciudad de Gaza.

Durante la "intifada" contra la ocupación de Israel, los muros eran cubiertos con grafitos demandando el Estado palestino. Incapaces de borrar las inscripciones, las autoridades israelíes "decidieron finalmente pintarlo todo de negro con alquitrán", señaló el alcalde de Gaza, Aown al-Shawa.

Ahora, tres años después que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel iniciaran el proceso de paz que situó a Gaza y otras ciudades bajo control palestino, el estado de ánimo en la ciudad es más claro, pero muchas paredes permanecen oscuras, dijo el alcalde.

La ocupación militar y la creación de asentamientos israelíes en Cisjordania, la franja de Gaza y Jerusalén oriental han dejado varios problemas para los funcionarios palestinos y los activistas que intentan establecer viviendas e instalaciones para la población urbana.

Al-Shawa sostiene que las autoridades de Gaza tienen problemas en todas las áreas, incluyendo el desagüe de las redes de saneamiento y la continua dependencia de la ciudad del empleo y el comercio generados por Israel.

El tema de la vivienda continúa siendo un punto de tensión que podría afectar el frágil proceso de paz. Aunque los palestinos tienen el control de varias ciudades de Cisjordania y Gaza, Israel continúa construyendo asentamientos, alegando que son necesarios para dar alojamiento a inmigrantes rusos y de otros países.

"Israel está utilizando grupos religiosos dogmáticos como base para la política gubernamental de asentamientos", afirmó un integrante del foro de Derechos Humanos de la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos, que se celebra en Estambul hasta el 14 de junio.

Jerusalén oriental es un área crucial, ya que palestinos e israelíes reclaman la ciudad como su capital. "Este será el disparador de futuros conflictos", pronosticó Clovis Maksoud, director el Centro para el Sur Global, de la Universidad Americana en Washington.

Con la expansión de asentamientos en Jerusalén oriental y otras zonas ocupadas, "Israel intenta explicar jurídicamente su derecho a extender los territorios ocupados", y ha utilizado el derecho a la vivienda para negar a los palestinos sus aspiraciones a tener dónde vivir, dijo Maksoud.

La reciente victoria electoral de Benyamin Netanyahu, del derechista partido Likud, trajo consigo la amenaza del recrudecimiento del problema.

Mohammed Zeitan, director de la Asociación Arabe para los Derechos Humanos, afirma que los árabes en Israel también son vulnerables a los problemas ambientales, de vivienda y urbanos, al igual que los palestinos de Gaza y Cisjordania.

Según un informe del Comité Arabe Coordinador de Derechos a la Vivienda, el hacinamiento árabe en viviendas en Israel era severo en 1992, y las comunidades tenían un promedio de 1,69 personas por habitación, mientras el de los judíos era de 1,04.

La relación de unidad residencial es peor, de 5,47 personas por unidad para los árabes y 3,42 personas por unidad para los judíos.

Las condiciones sanitarias también son muy desiguales, y se destaca la falta de acceso a redes de agua potable entre las comunidades árabes, lo cual eleva las tasas de mortalidad infantil. (FIN/IPS/tra-en/fh/rj/lp/dv/96)

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