Estados Unidos teme perder el principal cargo en una de las más grandes agencias multilaterales de asistencia, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), si continúa disminuyendo su aporte financiero en 1997.
El "liderazgo" dentro del organismo del actual administrador del PNUD, Gus Speth, se ha visto perjudicado debido a la caída de los recursos procedentes de Washington, admitió la embajadora de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Madeleine Albright.
El PNUD es el principal proveedor de financiamiento al desarrollo del mundo. Según informaciones de prensa, cuando expire el mandato del estadounidense Speth, a fines de 1997, Europa presionará para que el ministro de Cooperación para el Desarrollo de Holanda, Jan Pronk, ocupe su puesto.
Albright pretende que Washington suministre por lo menos 79 millones de dólares al PNUD el próximo año, un incremento de 52 millones respecto de 1996. Cualquier corte a ese aporte conspiraría contra el trabajo desarrollado por Speth, alertó la diplomática.
El financiemiento de Estados Unidos al PNUD llegó este año a uno de sus niveles más bajos, y representó la mitad de los 113 millones de dólares suministrados en 1995.
Speth "ha sido muy consciente de nuestras preocupaciones sobre el mejoramiento de la calidad, valor y eficacia de los programas de la ONU", dijo Albright.
En una comisión del Senado de Estados Unidos, la embajadora advirtió que, si el aporte de su país continuaba disminuyendo, Speth perdería su cargo, que caería en manos de un europeo. "Esto pondría en riesgo el continuado liderazgo de Washington en el PNUD cuando el período concluya en 1997", explicó.
Speth es también el coordinador especial de Desarrollo Económico y Social en el sistema de ONU con rango de subsecretario general, cargo para el que fue designado en 1993 por el secretario general del cuerpo mundial, Boutros Boutros-Ghali.
El PNUD cuenta con unos 60.000 funcionarios distribuidos entre la sede central de Nueva York y 130 oficinas en otros países, 95 por ciento de las cuales se ubican en en el mundo en desarrollo.
El tremendo peso político de Estados Unidos en el sistema de la ONU se basa, en parte, en el hecho de que se trata del principal contribuyente del foro mundial y prácticamente de todas sus agencias, pues aporta 25 por ciento de sus presupuestos.
Pero Washington también es el principal deudor del cuerpo mundial, con 1.300 millones de dólares de contribuciones pendientes de pago.
Como resultado de la reducción en 50 por ciento de su contribución en 1996, Washington descendió del primero al séptimo puesto en la lista de donantes a los programas del PNUD.
Se prevé que Japón, que suministró 101 millones de dólares a la agencia, salte al primer puesto de la lista, seguido de cerca por Dinamarca, Noruega, Suecia, Alemania y Holanda.
Además de Speth, diplomáticos estadounidenses ejercen los principales cargos de cuatro cuerpos de ONU, la Fundación de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentación, la Unión Postal Internacional y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual.
Los 15 países de la Unión Europea efectuaron una fuerte campaña el año pasado para la designación de un representante del bloque como director ejecutivo Unicef, y argumentaron en ese sentido que sus aportes conjuntos superaban en mucho los de Estados Unidos.
Pero Boutros-Ghali designó a Carol Bellamy, lo que marcó la continuidad de Estados Unidos al frente de Unicef invariable desde la creación de la agencia después de la segunda guerra mundial.
Entre los empleados del secretariado de la ONU, los estadounidenses son más que los de cualquier otra nacionalidad.
Además, Estados Unidos aportó 113 millones de dólares a la agencia en 1995, mientras ésta gastó más de 200 millones en el país norteamericano, agregó Albright.
"No es accidental" que varios representantes de países europeos hubieran propuesto el mes pasado en una reunión de la junta ejecutiva del PNUD el traslado de la sede de la organización en Nueva York.
Hace pocos años, Alemania ofreció Bonn e incluso prometió hacerse cargo de los gastos de vivienda de los funcionarios, pero la presión de Estados Unidos evitó la mudanza.
Albright dijo que al comité del Senado que los programas del PNUD prestan atención a la asistencia en naciones emergentes, países que se recuperan de crisis o que luchan por aliviar la desintegración social, política y económica.
"Estos programas promueven las reformas de libre mercado, las privatizaciones, la generación de empleos, la democracia, el ambiente, el avance de las mujeres y la paz, todas estas cuestiones que contribuyen con los intereses de Estados Unidos y reflejan nuestros valores", dijo.
Jeff Laurenti, de la Asociación de Naciones Unidas de Estados Unidos, una organización no gubernamental con sede en Nueva York, dijo que Albraight realizó frente a los senadores un alegato muy fuerte contra el corte de fondos.
"El camino es cuesta arriba. Ellos (los legisladores republicanos que dominan el Congreso) detestan a asistencia al desarrollo y detestan a los pobres", dijo Laurenti a IPS.
El activista atribuyó el recorte en los fondos aportados a los programas del PNUD al hecho de que "no son populares en el Congreso". (FIN/IPS/tra-en/td/pz/mj/dv ip if/96)