El gobierno de México presentó un novedoso programa de manejo y reordenamiento de áreas naturales que incluye sistemas de financiamientos como ecoturismo, "ecoloterías" y bonos de inversión y la integración de comités entre pobladores, académicos y autoridades.
El nuevo esquema, que amplió de 89 a 93 el número de áreas protegidas de este país, uno de los 10 con mayor biodiversidad en el mundo, comenzará a operar gracias a un préstamo de 20 millones de dólares entregado por el Banco Mundial.
"Estamos totalmente decididos a hacer todas aquellas cosas necesarias para revertir los daños que hemos causado al medio ambiente y listos a entregar más recursos para obtener ese objetivo", dijo este miércoles el presidente Ernesto Zedillo al presentar el nuevo plan.
Las áreas protegidas abarcan actualmente 11,7 millones de hectáreas -alrededor de seis por ciento del territorio nacional- y tan sólo disponen de un millón de dólares anuales para su manejo.
Estudios oficiales señalan que para mantener y desarrollar cada área se requiere 1,7 millones de dólares al año.
En el nuevo plan, presentado al conmemorarse el Día Mundial del Medio Ambiente con el objetivo de "ampliar el número de áreas protegidas, promover la inversión y fortalecer los tejidos sociales de las zonas de reserva", se pone énfasis en el tema financiero.
Así, considera la promoción del ecoturismo, la emisión de bonos de inversión para atraer a pequeños ahorradores y la circulación de loterías de "asistencia pública".
Además crea la figura de "servidumbre ecológica", un tipo de contrato suscrito entre el poblador de zonas protegidas y el Estado. En este caso el gobierno entregará un susbsidio para que el poblador realice acciones de protección.
Para coordinar las estrategias de acción, el presidente integró un Consejo Nacional con 23 científicos. El organismo trabajará directamente con los pobladores de las zonas protegidas, académicos y autoridades.
"Con el tiempo veremos si este nuevo plan, uno más con bonitas promesas, funciona o si sólo es un asunto de propaganda", declaró Roberto López, portavoz de la oficina local de Greenpeace.
Las áreas protegidas de México se dividen en parques nacionales, reservas especiales de la biósfera, zonas de protección de flora y fauna silvestres acuáticas, monumentos naturales y parques marinos nacionales.
Durante varias décadas se ignoró el deterioro de las áreas naturales, ahora el gobierno y la sociedad comienzan a cambiar esa realidad, expresó Zedillo.
Las autoridades reconocen que actualmente sólo 10 reservas cuentan con recursos seguros, infraestructura, equipamiento, personal y un programa de manejo, mientras que en el resto apenas se han comenzado a definir los planes de desarrollo y conservación.
Según un diagnóstico del Instituto Nacional de Ecología, en las zonas protegidas, muchas de las cuales "deberían derogarse debido a que son áreas fuertemente impactadas por asentamientos urbanos", hacen falta inversiones, regularizar la propiedad de la tierra y mayor atención oficial.
México perdió en los últimos cinco años el equivalente a 12,5 por ciento de su producto interno bruto por agotamiento de sus recursos naturales y la degradación del medio ambiente, señala un estudio del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática.
La pérdida, que representó unos 26.600 millones de dólares, es considerada mayor en materia de erosión y contaminación de desechos sólidos, agua y aire.
Un estudio de la secretaría de Medio Ambiente indica que cada año se pierden en México 600.000 hectáreas por deforestación y que 80 por ciento del territorio está erosionado.
El subsecretario de Recursos Naturales, Oscar González, señaló que el ritmo de pérdida de la cubierta vegetal de México es uno de los más altos del mundo.
"En los últimos 30 años se estima que desapareció la tercera parte de la cubierta arbolada del país y la mitad de los bosques tropicales", dijo González.
México ocupa el cuarto lugar en el mundo por el número de especies endémicas en flora y fauna y el decimotercero por su extensión de bosques. (FIN/IPS/dc/dg/en/96).