Los palestinos mantienen opiniones divididas sobre el gobierno electo de Israel mientras aguardan novedades acerca del proceso de paz en Medio Oriente.
Oficialmente, los líderes palestinos continúan negociando con Israel para implementar los acuerdos de paz y avanzar hacia las conversaciones sobre el estatuto final.
Sin embargo, a nivel privado los palestinos no esperan demasiado del gobierno del derechista Benyamin Netanyahu, electo primer ministro de Israel el pasado 29 de mayo, dada la belicosa retórica de su Partido Likud durante la campaña electoral.
El primer ministro saliente, Shimon Peres, abandonará su cargo sin haber implementado parte sustancial de los acuerdos negociados en Oslo, como el retiro de las fuerzas israelíes de Hebrón y la apertura de un "pasaje seguro" entre Gaza y Cisjordania para uso de los palestinos.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, exhortó a Netanyahu a respetar los acuerdos firmados por sus predecesores, pero en sus apariciones públicas en Londres y Egipto se reservó su opinión sobre el nuevo gobierno de Israel.
No obstante, otros líderes con experiencia sobre la política de Likud durante la conferencia de paz de Madrid, en 1990, no se mostraron tan optimistas.
"No creo que lleguemos a acuerdo alguno con el Likud. Seguramente hablarán y hablarán, pero la situación seguirá siendo la misma en Gaza y Cisjordania", manifestó el miembro del Consejo Autónomo Palestino Haidar Abdel Shafi, quien encabezó el grupo negociador en Madrid.
Netanyahu, llamado "Bibi" por sus seguidores, declaró que, aunque él no hubiera firmado los tratados por considerarlos peligrosos para la seguridad de Israel, respetará los acuerdos suscriptos por el gobierno del Partido Laborista, de centro- izquierda.
Pese a estas afirmaciones, Netanyahu prometió incrementar los asentamientos judíos en Cisjordania y cerrar la Casa de Oriente en Jerusalén oriental, que las autoridades palestinas utilizan como cancillería.
Los israelíes "no ofrecerán la paz excepto en sus propios términos, es decir, sin tener en cuenta nuestras pretensiones", pero "los palestinos no aceptaremos nada diferente a lo que consideramos nuestros derechos", expresó Abdel Shafi.
Mientras, en las calles de Gaza y Cisjordania predomina la opinión de que, aunque el gobierno laborista no se esforzó demasiado por satisfacer las pretensiones de los palestinos, con el Likud en el poder las probabilidades de completar la implementación de los acuerdos se reducen aún más.
Aunque Netanyahu se comprometió a cumplir lo pactado, sus portavoces ya mencionaron la posibilidad de renegociar algunos aspectos de los acuerdos, así como supuestos incumplimientos de los palestinos que eximirían a Israel de sus obligaciones. (FIN/IPS/tra-en/dh/fn/ml/ip/96)