Dejando de lado las disputas bilaterales, uno de los temas cruciales que dicutirán los líderes japoneses y surcoreanos cuando se reunan el próximo fín de semana, será la situación en Corea del Norte y sus implicancias para la seguridad del este de Asia.
El primer ministro nipón, Ryutaro Hashimoto, encontrará al presidente Kim Young Sam en la isla surcoreana de Cheju. Las conversaciones tendrán lugar una semana despues que las dos naciones se unieron a Estados Unidos en la iniciativa de enviar más ayuda alimentaria de emergencia a Corea del Norte.
La decisión de reanudar la asistencia a Pyongyang se produjo en medio de repetidas advertencias por parte de agencias de la ONU que la escasez de víveres en Corea del Norte, debido a las inundaciones del año pasado que dañaron las cosechas, ha alcanzado la proporción de una grave crisis y millones están amenazados de hambruna.
Corea del Sur ignoró previamente el llamado de las agencias de ayuda y convenció a Washington y Tokio de hacer lo mismo, denunciando que el régimen comunista de Pyongyang estaba tratando de burlar a la comunidad internacional mediante el suministro de víveres que irían a manos de un ejército listo para atacar al Sur.
Seul tambien quiso ligar el abastecimiento de víveres a la crónica falta de fondos de Pyongyang, con negociaciones sobre un acuerdo de paz permanente que reemplace al armisticio de Panmumjon, que puso fín a la Guerra de Corea (1950-1953).
Corea del Norte todavía debe aceptar negociaciones de paz cuatripartitas convocadas por Estados Unidos y Corea del Sur, y que tambien involucran a China.
Muchos analistas dijeron que la decisión de reanudar la ayuda alimentaria incondicional al norte refleja el reconocimiento de Seul que Pyongyang enfrenta una auténtica crisis.
"Frente a un potencial malestar en Corea del Norte, amenazada de hambruna, Japón y Corea del Sur decidieron donar arroz para prevenir una agudización de la crisis", declaró Tsutomu Nishioka, analista de Corea Moderna, un instituto privado de estudios.
El experto señaló que Estados Unidos sigue a la cabeza en la mediación de cuestiones referidas a la península, y fué el primero en anunciar un paquete de ayuda de emergencia por 6,2 millones de dólares a Corea del Norte. A continuación, Japón y Corea del Sur prometieron asistencia por seis y tres millones de dólares, respectivamente.
Sin embargo, mientras Nishioka reconoce que la intervención estadounidense en cualquier acción mediadora en la península es crucial, señaló que Tokio y Seul tienen auténticas preocupaciones acerca de la amenaza que significa para el este de Asia una Corea del Norte política y económicamente inestable.
"Corea del Norte ha desarrollado mísiles que pueden alcanzar a los dos países (Japón y Corea del Sur)", apuntó Nishioka, quien agregó que en caso de una guerra serán los países del área los que se veran afectados por una crisis de refugiados, no Estados Unidos.
El otro tema central para la seguridad del este de Asia en las conversaciones bilaterales del fín de semana será la permanente tensión sobre las islas disputadas en el Mar de Japón.
En marzo, el presidente surcoreano pidió un encuentro con Hashimoto luego que el Ministerio de Exteriores nipón ratificó el reclamo de su país sobre el rocoso y deshabitado archipiélago que cubre una amplia área pesquera para las dos naciones y cuyo fondo marino se cree rico en minerales.
La declaración del Ministerio de Exteriores nipón fué en respuesta a un anuncio de Seúl que llevaría a cabo maniobras militares cerca de las islas Takeshima, situadas a mitad de camino entre los dos países. Japon consideró esa iniciativa como una provocación.
Los historiadores nipones dicen que las islas han pertenecido a Japón desde 1905, cuando el Mikado puso fín a la dominación imperial rusa en la península coreana. Sin embargo, el profesor surcoreano Shin Yong Ha, quien enseña historia en la Universidad Nacional de Seul, aeeguro que Corea tiene pruebas documentadas de sus reclamos sobre las islas que datan del año 512 de nuestra era.
Los observadores opinan que las consideraciones ecónomicas constituyen el meollo de las pretensiones sobre las islas.
Japón es el mayor importador mundial de productos marinos. Las importaciones aumentaron el año pasado mientras su pesca costa afuera disminuyó. Cifras de la Agencia de Pesca mostraron que sus capturas costa afuera se redujeron en 100.000 toneladas en 1994, en comparación al año anterior.
Para mitigar la pérdida, el país aumentó las importaciones. Al mismo tiempo, Corea del Sur es el quinto exportador a Japón, al proveyó en 1994 de 200.000 toneladas de productos marinos.
La otra cuestión crucial que será tratada en la reunión del fín de semana en Cheju, es la largamente esperada disculpa del gobierno nipón por los cientos de miles de mujeres asiáticas forzadas a servir como meretrices del ejército imperial durante la Guerra del Pacífico (1941-1945).
Corea del Sur dice que la reluctancia de Tokio a expresar una disculpa formal a esas mujeres, refleja "una falta de remordimiento" por parte de Japón sobre las atrocidades cometidas durante su colonización de la península coreana entre 1910 y 1945.
El primer ministro nipón se mostró dispuesto a formular un pedido de disculpa a las 200.000 mujeres que sirvieron en los burdeles del ejército, la mayoría proveniente de la península coreana, pero parlamentarios derechistas continúan oponiéndose a que cumpla semejante gesto. (FIN/IPS/tra-en/sk/cpg/ego/ip).
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