El gobierno de Iraq acordó con la Organización de Naciones Unidas (ONU) un plan que permitirá inspecciones a los arsenales del país, lo que puso fin a dos semanas de parálisis en la vigilancia del cumplimiento del cese del fuego de 1991.
Rolf Ekeus, presidente de la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM) encargada de inspeccionar las armas biológicas, químicas, de largo alcance y nucleares que supuestamente posee Iraq, afirmó que el acuerdo fue "realmente un sacrificio" para el país del Golfo.
Ekeus y el viceprimer ministro de Iraq, Tariq Aziz, declararon este sábado que el gobierno de Saddam Hussein cooperaría con la UNSCOM para asegurar "acceso inmediato, incondicional e irrestricto" a todos los lugares donde el cuerpo sospeche la existencia de depósitos o fábricas de armas.
La UNSCOM, por su parte, prometió que "operará con total respeto hacia las legítimas preocupaciones de Iraq en materia de seguridad".
El acuerdo enterró la disputa que se originó el día 13, cuando Iraq prohibió a un equipo de la UNSCOM ingresar a un punto del territorio del país donde los inspectores sospechaban que había armas depositadas.
Bagdad sostuvo que ese lugar era importante para la seguridad nacional, que se vería comprometida si lo inspeccionaba el grupo, dentro del cual, se dijo, había militares de Estados Unidos.
Los negociadores procuraron una fórmula que conciliara las preocupaciones de Iraq con respecto a su soberanía y la necesidad de verificar que el país no tuviera en su poder armas de destrucción masiva.
La comprobación de este punto es condición ineludible para que Iraq logre el levantamiento del embargo comercial dispuesto por la ONU en agosto de 1990, cuando invadió a su vecino Kuwait.
Ekeus informó después de retornar de Bagdad este lunes que Iraq adoptará medidas concretas para asegurar a la ONU que no están ocultando información sobre las armas en su poder.
"Antes de que finalice junio, Iraq entregará descripciones completas de sus programas de armas", dijo Ekeus respecto del plan de acción que firmó él en nombre de la ONU y Aziz en representación de Bagdad.
Aziz también permitirá a la UNSCOM mantener entrevistas con funcionarios iraquies, uno de los procedimientos de investigación hacia el cual el gobierno de Hussein había manifestado resistencias.
Sin embargo, Ekeus no quiso pronosticar si Iraq cumpliría sus compromisos y recordó que todas las ocasiones anteriores en que Bagdad había prometido revelar sus programas armamentísticos no ocurrió así.
"Lo dudo", respondió el funcionario cuando se le preguntó si en este caso sería diferente.
Iraq permitió y se resistió alternativamente a las inspecciones de la UNSCOM en los últimos cinco años. En las últimas negociaciones, los funcionarios que debían inspeccionar una planta fueron estrechamente vigilados, lo cual reforzó las acusaciones de Estados Unidos.
Las resistencias de Iraq a las inspecciones causaron preocupación entre los 15 integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU en torno al cumplimiento de las exigencias del cuerpo mundial en materia de armamento.
Estados Unidos, que, junto a Gran Bretaña, es uno de los dos países con facultad de veto en el Consejo de Seguridad que se opone al levantamiento de las sanciones, consideró que la parálisis en negociaciones era una "violación material al cese de fuego" que puso fin a la guerra del Golfo en 1991.
De todos modos, el entusiasmo de Washington en aprobar medidas de ese tipo concitó hostilidad en otros integrantes del Consejo, cuyo presidente, el egipcio Nabil el-Arabi, negaba que Iraq hubiera violado el cese de fuego.
La resolución que entonces adoptó el consejo consideró la parálisis de las inspecciones "un serio retroceso en la cooperación de Iraq con la Comisión Especial". La declaración eludía cualquier posible acción militar de represalia.
La principal preocupación de Bagdad es que, mientras UNSCOM manifieste que carece de información sobre el arsenal iraquí, el embargo continuará vigente.
Aunque Iraq podrá vender en breve 1.000 millones de dólares de petróleo cada 90 días para adquirir alimento y material sanitario, una excepción al embargo comercial, el gobierno de Hussein pretende el levantamiento total de las sanciones.
Bagdad aseguró que no ha ocultado ninguna información a la UNSCOM desde que el ex comandante del programa armamentístico, el hoy fallecido general Hussein Kamel, desertó a Jordania. "Estamos en desacuerdo", dijo Ekeus. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/mj/ip/96