Megawati Sukarnoputri -hija del difunto primer presidente de Indonesia, Sukarno, que dominó la escena política de 1945 a 1965, hasta ser derrocado por un sangriento golpe de Estado- lucha ahora por evitar su propio ostracismo político, esta vez de las filas de su partido.
Megawati saltó al primer plano en 1993, cuando fue elegida presidente del opositor Partido Democrático de Indonesia (PDI), que es una fusión de partidos nacionalistas y cristianos.
Desde entonces el gobierno no ha cesado de alimentar la disensión en las filas del partido, con la clara intención de socavar la posición de la nueva líder opositora.
Con abierta intervención del gobierno, el PDI comenzará este jueves un congreso de cinco días que podría conducir a la caída de la actual dirección partidaria encabezada por Megawati.
Los observadores coinciden en considerar a Megawati una candidata potencial a la Presidencia de la República, 31 años después del alzamiento militar dirigido por el general Suharto – actual Presidente- contra el gobierno de Sukarno, que en 1965 intentaba nacionalizar el petróleo.
Sukarno -líder del Partido Nacionalista de Indonesia desde la lucha por la independencia contra la dominación japonesa y el colonialismo holandés- se mantuvo nominalmente en la Presidencia, aunque falto de toda autoridad, de 1965 a 1967, cuando renunció al cargo y Suharto asumió formalmente la jefatura del Estado.
El nuevo hombre fuerte fue investido Presidente en marzo de 1968 y reelegido en marzo de 1988, mientras Sukarno, retirado por la fuerza, fallecía en 1970.
A los 74 años de edad, Suharto aún empuña con fuerza las riendas del poder, con un sistema político de sólo tres partidos – uno de los cuales es el gobernante Golkar-, únicos autorizados a participar en elecciones parlamentarias.
Las autoridades electorales aprobaron recientemente los nombres, símbolos y números de identificación de los tres partidos admitidos, siendo el tercero el Partido Unido del Desarrollo, de inspiración musulmana.
Las asambleas políticas requieren un permiso previo, y han sido prohibidos algunos medios de comunicación opuestos a la política oficial.
El control personal de Suharto sobre la política ha impedido el surgimiento en las filas de su propio partido, el Golkar, de nadie que pueda desafiar seriamente su reinado de casi 30 años.
La figura de Megawati en la oposición, aunque pueda parecer un peso ligero, no deja de preocupar en el partido gobernante por tratarse de la hija del difunto Sukarno. En lo últimos tres años, el gobierno ha procurado intervenir de diversas formas para destruir su liderazgo en el PDI.
Una de esas intervenciones fue la decisión de autorizar la prematura realización de un congreso del PDI -que normalmente se debía efectuar en 1998- a pedido de facciones rivales dentro del partido.
El máximo órgano del PDI se reunirá por lo tanto del 20 al 24 de este mes, dando ocasión a que los adversarios de Megawati intenten un voto de censura a su conducción y la elección anticipada de una nueva dirección partidaria.
La cuestión ocupa el primer plano de la atención porque los partidos autorizados deben presentar antes de finales de julio sus candidaturas para las elecciones parlamentarias, y ni el gobierno ni el ejército -y tampoco los disidentes del PRI- desean ver el nombre de Megawati en las listas del partido.
Megawati ha dicho que la celebración del congreso es contraria a las normas vigentes, y ha amenazado con demandar al gobierno si la reunión consigue sus objetivos.
Los partidarios de Megawati sostuvieron que sólo 103 secciones distritales pidieron la elección de nueva dirección partidaria, y no 215 como afirmó la facción rival.
"El congreso es ilegal y viola los estatutos del partido. La iniciativa para realizar un congreso debería haberse hecho a través de la presidencia del partido, por parte de una mayoría de sus secciones", afirmó Megawati ante la prensa.
Al nombrar al gobierno como el blanco de una posible acción legal, la líder del PDI está diciendo a las bases del partido que la iniciativa para expulsarla viene tanto de fuerzas externas al mismo como de sus divisiones internas.
"Su popularidad es creciente, y en vista del repetido fracaso de los esfuerzos hechos anteriormente para sacarla de la jefatura del PDI, sus adversarios decidieron que debían derrotarla de forma estatutaria, de acuerdo con los procedimientos del partido", comentó un analista político en Jakarta.
Al congreso -que se celebrará en la ciudad de Medan, al norte de Sumatra- asistirán unos 1.500 delegados, según informaron dirigentes del grupo rupturista que encabeza la vicepresidente del PDI, Fatimah Achmad.
Los miembros del grupo dijeron que el gobierno prometió cubrir el gasto -equivalente a unos 425.000 dólares- que insumirá la reunión, de cinco días de duración, mientras que el ejército proporcionará la seguridad.
"El uso de un método tan desaprensivo para derribar a un líder partidario elegido de acuerdo con los estatutos no es un simple retroceso para Indonesia sino también una tragedia para nuestra embrionaria democracia", exclamó en un editorial el diario Jakarta Post. (FIN/IPS/tra-en/yi/cpg/arl/ip/96)