El presidente de Haití, René Préval, puso hoy fin a su visita a Francia, planteando a muchos analistas una interrogante sobre la demora en la solicitud de asistencia europea para la reconstrucción del país caribeño.
"Si esta visita se hubiera hecho antes, podría haber impulsado la reconstrucción de Haití y ayudado a estimular su economía", dijo el pastor Jean Marc Numa, de la comnidad haitiana en París.
Preval, electo en febrero de 1996 tras el retorno a Haití del exiliado ex presidente Jean-Bertrand Aristide, seguirá adelante con su visita esta semana, con escalas en Bruselas y Bonn, Alemania.
El viaje se produjo en momentos en que Estados Unidos retiene la ayuda a Haití, uno de los países más pobres del mundo.
El canciller francés, Hervé de Charette, anunció que París renovó su apoyo a Haití, y según informaciones, aseguró a Préval que puede "contar con la ayuda de Francia en la reconstrucción, una ayuda que siempre estará presente".
París ha entregado a Puerto Príncipe alrededor de 80 millones de dólares en asistencia para programas como abastecimiento de agua potable y servicios sanitarios desde que Aristide, desplazado durante un golpe de Estado en septiembre de 1991, fue reinstaurado en el poder en octubre de 1994.
"Preval llegó un poco tarde. En Francia hay gran simpatía hacia Haití, y aunque la comunidad haitiana es pequeña y no muchos refugiados obtuvieron asilo, París ha tenido una actitud más abierta que Washington", señaló Numa.
Desde su intervención para la restauración de Aristide a la presidencia, Estados Unidos suspendió la asistencia a Haití, en un año electoral en que los republicanos han convertido en tema de la campaña las dificultades que atraviesa el país caribeño.
El mes pasado, un informe del Partido Republicano denunció ejecuciones extrajudiciales y actividades de escuadrones de la muerte respaldados por el gobierno haitiano, pero la Organización de Estados Americanos sostuvo que las acusaciones son insostenibles.
Washington y las instituciones financieras internacionales insisten en que la privatización es esencial para la reactivación de la economía. La inflación en Haití supera el 300 por ciento y la producción está estancada. (FIN/IPS/tra-en/ao/lp/ip/96)