HABITAT: Países pobres se sienten abandonados de la mano de Dios

En ausencia de alguna consideración significativa acerca de recursos financieros para el programa que aprobará la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos – Hábitat II – algunos países dicen haber sido abandonados de la mano de Dios.

Se extiende un sentimiento de frustración que abarca desde el poderoso Estados Unidos hasta el estado insular de Trinidad y Tobago. Los unos sostienen que los fondos internacionales están mal distribuidos, pero los otros se quejan de que el dinero está siendo arrancado de sus manos.

John Humphrey, ministro de Vivienda y Asentamientos de Trinidad y Tobago, dijo este lunes en la Conferencia que su país ha aceptado el principio de que la vivienda es un derecho básico de todas las personas.

En consecuencia, el nuevo gobierno -que no lleva más de ocho meses en funciones- acaba de presentar al Parlamento un proyecto de ley que garantizará la propiedad de un techo a todos los que han ocupado tierras públicas en su país.

No obstante, Humphrey admitió más tarde, en declaraciones a IPS, que la financiación es una limitación importante.

"El dinero es un problema", reconoció Melinda Kimble, vicesecretaria de Estado adjunta de Estados Unidos.

Estados Unidos encabeza el movimiento para reestructurar la Organización de las Naciones Unidas (ONU), eliminando el desperdicio de fondos y la duplicación de tareas entre las diversas agencias del organismo mundial.

Por esa razón, Washington mira con indignación la idea de ampliar los cometidos de la Comisión para el Desarrollo Sostenible, creada después de la Cumbre Social celebrada en Copenhague en marzo de 1995.

"No ha hecho nada", dijo Kimble. "Ahora han decidido extender sus competencias, lo cual costará aun más dinero. Ello hará necesario cortar alguna otra cosa, porque no hay más recursos. Estamos cansados de desperdiciar fondos".

La alta funcionaria del Departamento de Estado dijo que, en opinión de Estados Unidos, las funciones de la Comisión podrían ser cumplidas por el Consejo Económico y Social de la ONU.

Pese a que los países de todo el mundo están reunidos en Estambul para aprobar un programa mundial sobre vivienda y asentamientos humanos, miembros del Congreso de Estados Unidos han denunciado el gasto incurrido en la propia conferencia.

La ONU informó que la conferencia le cuesta 1,7 millones de dólares, aunque el país anfitrión, Turquía, asume la mayor parte de esa carga.

El Banco Mundial, lo mismo que el Banco Interamericano de Desarrollo que actúa en la región de América Latina y el Caribe, fueron creados para proporcionar a los países en desarrollo la ayuda que precisan, pero éstos insisten en quejarse del alto costo de los préstamos.

Trinidad y Tobago postula la concesión de préstamos sin interés a los países pobres para la construcción de viviendas y la prestación de otros servicios básicos.

"Es perfectamente legítimo que los países en desarrollo demanden más recursos", dijo a la prensa este lunes el italiano Paolo Coppini, hablando en nombre de la Unión Europea (UE).

El representante de la UE afirmó que los países desarrollados continúan esforzándose por alcanzar la meta de 0,7 por ciento del producto interior bruto (PIB) en ayuda al desarrollo, pero que "consideraciones presupuestarias" hacen que la comunidad internacional deba buscar otras formas de financiación.

Sólo unos pocos países industrializados han podido llegar a la meta de 0,7 del PIB, que fue fijada por la ONU en la década del 70. (FIN/IPS/tra-en/js/yjc/rj/arl/pr-if/96)

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