Las maravillas arquitectónicas de la capital de Nepal, que atraen a cientos de miles de turistas al año y han sido declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO, están seriamente amenazadas por la urbanización.
Los antiguos reinos que florecieron en el fértil valle en que se sitúa Katmandú nutrieron una única conjunción cultural y religiosa del hinduismo y el budismo.
Situada en las rutas comerciales que atravesaban los Himalayas para comunicar India y Tibet, Katmandú se volvió rica, vibrante y cosmopolita.
En la lista de monumentos históricos considerados por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO) figuran también sitios como el Taj Mahal en India y Angkor Wat en Camboya.
En 1993, un equipo de la UNESCO incluyó las siete zonas de patrimonio de Nepal, incluyendo los complejos palaciegos de las ciudadades de Katmandú, Patán y Baktapur y los sitios budistas de Boudhanath y Swayambhunath, así como los sitios de peregrinaje hindú de Changu Narayan y Pashupatinath, en la lista de monumentos en peligro.
Las atractivas viviendas de ladrillos de adobe con puertas de madera intrincadamente labradas de Katmandú están sucumbiendo ante moles de concreto que intentan alojar a los 1,2 millones de habitantes de Katmandú, cuya población crece a un acelerado ritmo de 5,7 por ciento anual.
El monumento budista Boudhanath, un sitio incorporado a la lista de patrimonios de la humanidad en 1979, ha perdido casi la totalidad de las viviendas tradicionales históricas, las cuales fueron reemplazadas por los nuevos edificios.
La situación es alarmante en el valle, advirtió un reciente informe de la Comisión Internacional para Monumentos y Sitios (ICOMOS), principalmente debido al incumplimiento de las normas sobre construcción.
Dos meses atrás el gobierno instaló una Unidad de Desarrollo y Control, integrada por un arqueólogo y dos ingenieros, para la gigantesca tarea de detener las construcciones ilegales en los sitios históricos.
Además, el equipo tiene la tarea de brindar asesoramiento técnico a los habitantes que quieran reconstruir sus viviendas tradicionales, pero todo marcha muy lentamente.
Una misión de la UNESCO estableció recientemente 16 condiciones para que el gobierno de Nepal salve los sitios más deteriorados.
Estas incluyen el control del tráfico en las viejas plazas, la remoción de carteleras publicitarias y grafitos, la reducción del número de vendedores ambulantes, el fortalecimiento del Departamento de Arqueología y la enmienda de la Ley de Conservación.
El Departamento de Arqueología dispone de 0,1 por ciento del presupuesto nacional, y la única solución para dinamizar la conservación, según sus autoridades, es involucrar a la comunidad en la reconstrucción de los sitios de modo que también la beneficie.
Uno de estos proyectos, en los que participa la UNESCO, será iniciado en Changu Narayan, un complejo de templos hindúes que data del siglo IV.
Las obras prevén la participación de organizaciones no gubernamentales en la producción de materiales tradicionales para la restauración y de artesanías tradicionales, turismo cultural, y capacitación para las tareas de reconstrucción y un fondo de préstamos. (FIN/IPS/tra-en/rl/mv/lp/dv-cr/96)