Un grupo de habitantes de barrios de Brasil, Mexico, Venezuela, Senegal y Francia desarrollan un diálogo sobre sus experiencias, en forma paralela a la cumbre de Hábitat II de las Naciones Unidas que se realiza en esta ciudad de Turquía.
"Ahora se trata de que los constructores de ciudades que son los habitantes de barrios construyan también la palabra, su palabra", dijo a IPS la arquitecta Teolinda Bolivar, de la Universidad Central de Venezuela, una de las organizadoras de ese "foro de los habitantes".
Pierre Calame, de la francesa Fundación para el Progreso del Hombre, señaló que "la palabra de los habitantes no es menos respetable que otra. Es fundamental invertir la mirada, que desciende siempre del Olimpo de las instituciones al pueblo".
"El 4 de febrero de 1992, cuando en Venezuela se daba un golpe de Estado, decidimos ocupar unas tierras del gobierno para tener una vivienda a como diera lugar", relató Nery Cuenca, del barrio Nueva Democracia de occidental ciudad de Maracaibo.
Como decenas de otras ocupantes "nunca antes había estado en una invasión, pero tenía dos niños, estaba separada de mi esposo y vivóa 'arrimada' en casa de una hermana. No me importaba nada y el día 5 llenamos el terreno de ranchitos (casas improvisadas)", añadió.
Durante 15 minutos, ayudándose con video, Cuenca relató el proceso de constitución de su barrio, semejante a centenares en América Latina, y concluyó en que pese a haber demostrado organización, los 250 que restan de los originales 825 ocupantes carecen de ayuda para comprar tierra y materiales.
"El gobierno no ofrece alternativas para que la gente pueda empezar con poco y llegar a tener mucho. Con el tipo de viviendas que están haciendo lo condenan a uno a ser pobre para siempre", afirmó.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han defendido en numerosos debates de sus foros, paralelos a la reunión de gobiernos en esta Cumbre, la necesidad de que los poderes nacionales y locales faciliten tierra urbanizable y el acceso a los materiales de construcción.
"La población, por sí sola, ha construído más de la mitad de las ciudades desde el punto de vista físico, y ese hecho debe tener correspondencia en la gestión pública", observó el abogado Alejandro Florian, de la Federación Colombiana de Organizaciones Populares de Vivienda.
En países como Venezuela, con déficit de un millón de viviendas para un país de 22 millones de habitantes, "no se puede resolver el problema sin ofrecer tierra donde la gente pueda meterse y sin un programa consistente para el mejoramiento de los barrios", opinó Bolivar.
En América Latina hay estimados de que un tercio de su población carece de vivienda u ocupa una muy precaria, lo que convierte esa carencia en un problema que afecta a unos 150 millones de personas.
Para atender ese problema, en Estambul "cientos de conferencias y diálogos entre estados, ONG, cientificos, poderes locales y fundaciones hablan de la participación de los habitantes de los barrios en la gestión pública", dijo Calame.
"Sin embargo, cuando hemos traído a los habitantes para que hablen por sí mismos y les ayudamos a elaborar e intercambiar sus experiencias, encontramos otra inversión de mirada: ellos hablan de la participación de los poderes públicos en la evolución de sus barrios", añadió.
Las principales observaciones, demandas y propuestas de las ONG, que congregaron unas 7.000 personas en el foro paralelo a la cumbre urbana, se presentarán la próxima semana en uno de los dos comités oficiales que consolidará la declaración de Estambul.
Luego de la primera conferencia sobre el Hábitat en Vancouver, Canadá, hace 20 años, la carta de Estambul pretende ser un programa para el primer cuarto del siglo XXI, cuando 60 por ciento de la humanidad, y 85 por ciento de latinoamericanos, vivirá en ciudades. (FIN/IPS/hm/ag/pr/96)