El Plan de Acción de Hábitat II difícilmente escapará al olvido que sufren los de cumbres anteriores, a excepción de la Agenda 21 ambiental, ya que acumula recomendaciones, buenas intenciones y medidas en una cantidad tal que desorienta y la hace inviable.
Le falta estrategia, sentenció Jaime Lerner, impulsor de los cambios que hicieron de la ciudad de Curitiba, en el sur de Brasil, un ejemplo de soluciones urbanas.
Esto se refleja en el excesivo énfasis puesto en la vivienda, la fragmentación de las dimensiones, que son numerosas en las ciudades y difíciles de articular, reconoció.
El Plan de Accion Mundial propone dos objetivos: "vivienda adecuada para todos" y "desarrollo sostenible de los asentamientos humanos en un mundo en proceso de urbanizacion".
Para "garantizar una oferta adecuada de terrenos útiles", se recomienda "fomentar el desarrollo rural integral por medidas como el acceso a la tierra en condiciones de igualdad, mejora de las tierras, diversificación económica, desarrollo de las ciudades pequeñas y medianas en zonas rurales".
Y, "cuando proceda, de los asentamientos en tierras indigenas", añade.
Es todo un programa de gobierno, pero corresponde sólo a una de las 14 medidas indicadas en el artículo. Pero son 33 artículos los que destinados a asegurar la vivienda a todos, la mayoría de los cuales comprende numerosas recomendaciones.
El desarrollo sostenible de asentamientos humanos exige medidas más numerosas, detalladas en 53 artículos, en el proyecto elaborado en las conferencias preparatorias. Dos metas quedan prácticamente ocultas en medio de tantos deberes y consejos, que muchas veces se anulan o contradicen.
Hay que "velar por que todos los asentamientos humanos dispongan de agua limpia para el año 2000 mediante, la adopcion de mejoras de "Por nuestro lado estamos claros, tenemos los ejes que presentamos", el derecho a la vivienda, una descentralización democrática, participación de todos, apoyo a la producción habitacional que realiza el propio pueblo, incluso con créditos y subsidios, afirmó.
Pero fue el mismo Centro Hábitat de Naciones Unidas que orientó la discusión a la vivienda, impidiendo avanzar en el tema ciudad, y también de los asentamientos rurales, apuntó Diego Carrión, de la ONG Ciudad, de Ecuador.
A la complejidad del tema, el Plan de Acción respondió con la dispersión de medidas. Recomienda competitividad, luego cooperación y solidaridad entre ciudades y programas para promover pequeñas ciudades, y apunta numerosas acciones para cada problema, área o grupo social.
En ese conjunto, la cuestión clave, aparentemente consensual, está en otro punto del Plan de Acción, sobre desarrollo institucional. Es donde se consagra la descentralización, el fortalecimiento de las autoridades locales y de la participación de los actores no gubernamentales y comunitarios de base.
Ese avance hacia una nueva institucionalidad, que modifica el Estado, redistribuyendo funciones y reconociendo nuevos papeles, es el gran resultado de Hábitat II, evaluó Wilheim, y consideró que es producto de un nuevo contrato social que se viene construyendo.
Es la participación de la población, junto con autoridades locales y otras fuerzas, como empresarios y académicos, que pueden definir verdaderas y factibles estrategias que cambiarán las ciudades.
Esta conferencia mundial se distingue de las demás porque atribuye a esa diversidad de actores sociales y del poder local un nuevo carácter, el de constructores reales de sus ciudades y asentamientos humanos.
Ya no se trata sólo de reclamar derechos y políticas, del papel sindical, sino de ejecutarlos y asumir la corresponsabilidad que Lerner considera clave para el éxito de las acciones urbanas.
Eso explicaría la mayor coherencia y consistencia con que actuaron los alcaldes, uniéndose en una coordinación mundial y reclamando que sean reconocidos como interlocutor ante los estados y la comunidad internacional.
Hábitat II cambia efectivamente las relaciones entre ONG y gobierno, reconoció Ortiz. Las que se dedican al hábitat están preparadas, tienen experiencia en la actividad productiva, y no se preocupan sólo de la confrontación, concluyó. (FIN/IPS/mo/ag/pr/96)
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