América Latina mostró varias de sus mejores prácticas urbanas en la segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat-II), que se realizó en esta ciudad turca y premió a dos programas latinoamericanos.
Los distinguidos fueron el proyecto sobre lotes y servicios para familias de ingresos reducidos en el norte de Buenos Aires y la estrategia holística (integral: física, social, cultural) seguida para la rehabilitación de favelas (barriadas humildes) en Fortaleza, Brasil.
El argentino ha sido un programa de urbanización de tierras, con infraestructura básica, para que puedan adquirirlas, por 3.500 a 4.500 dólares y en 36 a 48 cuotas mensuales, familias con ingresos bajos del norte bonaerense.
El brasileño integró aspectos humanos y materiales en un proceso de rehabilitación de 400 barrios pobres de Fortaleza, a lo largo del cual la comunidad ha participado en la planificación, diseño, construcción y gestión.
Hábitat-II premió en total 12 programas, entre ellos el del subterráneo de Toronto, que introduce servicios culturales y lingüísticos para integrar las comunidades de extranjeros que eligieron esa ciudad canadiense como destino.
La gestión municipal de Tilburg (Holanda), que considera a los ciudadanos como sus clientes, y el saneamiento de Chattanooga, hace 25 años calificada como la ciudad más contaminada de Estados Unidos, fueron otras prácticas premiadas.
"Esperamos que el ejemplo de estas prácticas sirva de inspiración a las demás conmunidades del mundo, para que adopten iniciativas que mejoren las condiciones de vida de nuestro planeta", dijo Alan Tonks, presidente del jurado.
América Latina se esforzó por mostrar otras "mejores prácticas", como el proyecto venezolano Catuche, de 12,8 millones de dólares, consistente en recuperar, con los 9.000 habitantes de una barriada del norte de Caracas, la quebrada de aguas negras "Catuche".
El proyecto, con aval del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, debería convertir Catuche en un riachuelo cristalino donde en un futuro sus vecinos puedan pescar truchas.
Costa Rica trajo el uso del bambú como material original para la construcción de viviendas y elaboración de muebles, en un proyecto integrado que parte con siembras de hasta 2.000 hectáreas de esa caña y ya permitió construir 737 casas.
Colombia presentó una decena de programas, entre los que destacó el de la Asociación Nacional de Recicladores, con 90 organizaciones diseminadas entre las 50.000 familias que viven de esa actividad.
Los recicladores colombianos están organizando cooperativas y empresas asociativas con apoyo de la Universidad Nacional de su país y la organización holandesa de cooperación Waste.
Entre las prácticas de Chile figuró la del leasing (arrendamiento con opción de compra) habitacional, apoyado con subsidios gubernamentales, y el programa que obtuvo apoyo oficial estadounidense para participación de los mercados de capitales en el financiamiento de la vivienda social.
Brasil, por otra parte, trajo de la mano de Jaime Lerner, gobernador del sureño estado de Paraná, la experiencia del transporte en Curitiba, de la que ha sido alcalde varias veces.
Lerner mostró en Estambul uno de los autobuses biarticulados que en Curitiba toman pasajeros desde rampas de abordaje y se desplazan por vías exclusivas.
El autobús de Lerner viajó varias veces entre la parte europea y asiática de Estambul, utilizando el puente sobre el estrecho del Bósforo, para mostrar a participantes en la cumbre urbana las ventajas de viajar en subterráneo a costo de autobús. (FIN/IPS/hm/dg/pr/96)