Los países de la Unión Europea (UE) nunca fueron tímidos para discutir en público. Pero el último conflicto surgido en el bloque, referido a la enfermedad de las "vacas locas", arrojó una sombra sobre el proceso de integración.
El inusual enfrentamiento entre Gran Bretaña y los restantes 14 miembros del bloque "sacudió la UE hasta las raíces", dijo Jacques Santer, presidente de la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, antes de la cumbre regional que comenzará este viernes en Florencia, Italia.
Santer explicó que el conflicto perjudica los intereses de la UE tanto hacia adentro como hacia afuera de la región. "Es tiempo de que comencemos a mirar hacia nuevos horizontes", declaró.
Las autoridades del bloque procuran impedir que la enfermedad de las vacas locas sea la cuestión dominante en Florencia. Pero, a pesar de sus esfuerzos desesperados por resolver el problema antes de la cumbre, deberán hacerle frente en esa instancia.
El temor de la UE es que de la reunión su imagen quede reducida a la de un grupo de países en conflicto cuyos miembros no pueden mirarse a los ojos cuando discuten asuntos políticos, económicos y sociales.
Santer dijo que los jefes de estado y de gobierno de la UE se concentrarán en solucionar la crisis de empleo y reformas institucionales del bloque a las que se considera cruciales para el futuro y no en la prohibición de exportaciones de carne impuesta a Gran Bretaña.
Con la esperanza de poner fin al conflicto, Santer propuso que la reunión en Florencia concluya con la adopción de un "marco" para el levantamiento en fases de la prohibición de exportaciones de carne británica.
La UE aprobó este jueves por unanimidad el plan propuesto por Gran Bretaña para derrotar la enfermedad de las vacas locas y sacrificar 600.000 cabezas de ganado con alto riesgo, nacido entre 1989 y 1990. Esta marcha atrás de la posición británica fue considerada una concesión a sus socios del bloque.
Pero Santer advirtió que la decisión de la UE de levantar paulatinamente las restricciones sólo será posible si Major promete enterrar su política de no cooperación con los asuntos del bloque.
El primer ministro de Gran Bretaña ordenó a sus ministros que bloqueen todas las decisiones de la UE como medio para acabar con el embargo comercial a la carne de su país.
"Para decirlo claramente, esperamos que se termine la no cooperación. Sin ese compromiso, no habrá acuerdo en Florencia", dijo Santer.
La más alta jerarquía de la UE considera que no se levantarán las restricciones comerciales a la carne británica si no se producen previas medidas de Londres por erradicar la enfermedad de las vacas locas, lo que incluye la matanza del ganado en riesgo.
La Comisión Europea también rechazó los reclamos de Gran Bretaña para que se le permitiera exportar carne fuera del continente, especialmente a Africa.
Santer insistió en que el embargo mundial sólo podrá levantarse cuando la UE decida poner fin a su propio boicot sobre la carne británcia.
"Es un problema ético", explicó, pues sería injusto que esos alimentos fueran consumidos por los habitantes de países pobres cuando no fueron considerados sanos por los europeos.
El desempleo y las reformas institucionales de la UE son otros problemas que preocupan actualmente a los gobernantes del bloque. Los funcionarios de la alianza afirman que la confección de un plan de generación de empleos que alivie el sufrimiento de los 19 millones de desocupados debe ser la prioridad.
Santer propuso que los gobiernos de Europa, los sindicatos y los empleadores firmen un "pacto de confianza por el empleo" para revigorizar las economías de la UE.
En cuanto a la ayuda a países ajenos al bloque, Italia aplicará "intensa presión" sobre Grecia para que levante su veto a la asistencia a 12 naciones del sur del Mediterráneo, entre ellas Turquía, su vecino y tradicional enemigo. (FIN/IPS/tra- en/si/fn/mj/ip if/96
