La posibilidad de adoptar niños ecuatorianos a través de la autopista informática Internet desató una polémica sobre los aspectos éticos y legales de este fenómeno.
Según investigaciones del diario capitalino Hoy, la red electrónica "Internet Adoptions", de reciente creación, difunde a través del mundo la historia y fotografías de cientos de niños, la mayoría de países subdesarrollados, con el objeto de conseguir hogares a menores abandonados.
En sa dirección electrónica es posible, por ejemplo, conocer la nacionalidad, edad, peso, estatura, expediente médico y antecedentes personales del niño. Los interesados en adoptar podrán llamar, también por medio de Internet, a las agencias enlistadas en el servicio.
"Si ve un niño que le interese, llame a la agencia que aparece al final de la lista", señala el servicio. "Anímese e informe a otros la diferecia que produce en el mundo de un niño una adopción".
Dentro de esta red informática, se encontró el expediente de 11 niños ecuatorianos pertenecientes en su mayoría al "Programa para Niños de Difícl Adopción", que depende del Ministerio de Bienestar Social y en el que están comprendidos infantes con problemas físicos, mentales o los mayores de cuatro años de edad.
La responsabilidad de que estos niños ecuatorianos "viajen" por la superautopista informática es de dos de las 36 agencias internacionales de adopción autorizadas para trabajar en este país, Help The Children y World Association for Children and Parents, ambas con sede en Estados Unidos.
"Más allá de los aspectos legales, que sin duda tendrán su incidencia en este caso, lo que más preocupa es el derecho de los niños a no ser utilizados públicamente para conmover, con sus trágicas historias, a potenciales adoptantes", dijo a IPS Marcelo Román, psicólogo especializado en terapia infantil.
Según Román, en Internet "uno puede ver el historial de cada niño, hurgar en su intimidad y esta información no sólo va a manos de quien realmente está interesado en adoptar un niño sino a cualquier persona que tenga una computadora personal".
El problema reside, según el representante legal del Programa para los Niños de Difícil Adopción, Marcelo Palacios, en que los niños con problemas físico o mentales requieren de la ayuda de las agencias de adopción para encontrar un hogar adecuado.
"Los ecuatorianos que están dispuestos a adoptar son muy selectivos para buscar niños sin deficiencias", dijo a IPS una mujer alemana, que prefirió guardar el anonimato, y que ha adoptado a dos niños con problemas que conviven con su hija "como hermanos".
Para esta mujer la ayuda internacional "es necesaria" ya que en el exterior "hay gente que tiene recursos para atender a niños con defectos físicos o mentales y ese es su objetivo", comentó.
Sin embargo, "eso no significa que los casos de los menores puedan ser publicados", dijo Manuel Martínez, presidente del Foro de la Niñez.
"Las agencias deben mantener reserva sobre el proceso de adopción", de acuerdo a convenios suscritos con el Ministerio de Bienestar, que exigen confidencialidad, destacó.
En Ecuador, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (INICEF), 5,7 de los 11,5 millones de ecuatorianos son menores de edad y más de 71 por ciento vive en las regiones urbanas, donde se registran los mayores índices de pobreza.
"En el país existen alrededor de 2.000 niños abandonados, calificados para la adopción, y casi todos provienen de las prinicipales ciudades como Quito y Guayaquil", señalo Román.
La investigación publicada por Hoy, basada en un programa televisivo de la cadena francesa TV5, donde también se cuestionó a "Internet Adoptions", provocó que el gobierno ecuatoriano anule los convenios con las dos agencias estadounidenses y establezca nuevas regulaciones para este tipo de servicios.
A partir de ahora, las agencias internacionales deberán contar con un certificado de seriedad y responsabilidad de su país de origen y cada convenio será evaluado por el Ministerio de Bienestar Social del Ecuador. Además, se prohibirá cualquier tipo de difusión pública sobre los niños en adopción.
"Es preciso que nuestra legislación, pensada y en gran parte redactada a principios de siglo, comience a plantearse los problemas del siglo XXI" , consideró Román.
La supercarretera informática es sólo el principio de una nueva forma en que funcionará el mundo, "donde lo ilegal coexistirá con lo legal y donde no extrañará recibir en la propia casa publicidad sobre la venta de órganos o cualquier otra cosa, para lo que hay que prepararse", concluyó el sicólogo. (FIN/IPS/mg/dg/pr-ct/96)
