El gobierno de Paraguay se muestra reacio a recibir un préstamo de 790 millones de dólares de financistas privados estadounidenses por temor a que se trate de una operación de lavado de dinero.
Las dudas las manifestó el ministro de Hacienda, Carlos Facetti, quien no se decide a firmar el contrato ya preparado a pesar de las necesidades de fondos frescos de Paraguay y las condiciones extremadamente ventajosas en que se concedería el préstamo: 5,95 por ciento de interés anual y 25 años de plazo.
La desconfianza sobre la procedencia de los fondos se originó en el hecho de que el propio ofertante, el intermediario Investor's Resource Inc. de Miami, no ha aclarado el origen del dinero.
Facetti remarcó que el gobierno paraguayo agotará todas las instancias para conocer el origen de los fondos, para evitar así la posibilidad de que sea instrumentado para una operación de lavado de dinero procedente del narcotráfico.
La preocupación del ministro de Hacienda también abarca al programa de utilización de los fondos para financiar algunas actividades no bien precisadas en el plan de reactivación económico-financiera preparado expresamente para la utilización del crédito.
Aunque una parte importante del préstamo será utilizada para pagar por adelantado la deuda externa más cara, de unos 170 millones de dólares, el resto de los recursos no tiene destino preestablecido en proyectos de desarrollo.
Para Facetti, lo mejor sería destinar la mayor parte de los fondos del préstamo al desarrollo de la infraestructura, y no su utilización por las entidades financieras que se encuentran en dificultades por la crisis de solvencia iniciada el año pasado.
Además del origen no aclarado de los fondos, el gobierno del presidente Juan Carlos Wasmosy tiene otras dudas sobre el "súper crédito", como ha denominado a la operación la prensa de la capital paraguaya.
Entre los riesgos considerados figura el hecho de que los pagarés a ser firmados por Paraguay circularían libremente en los mercados internacionales de capitales sin posibilidad de redimirlos antes del tiempo fijado.
El presidente del Banco Central de Paraguay, Hermes Gómez Ginard, considera que lo correcto sería que los pagarés permanezcan depositados en un banco de primera línea de Estados Unidos.
Para este efecto, el Riggs Bank de Washington fue elegido como depositario de los pagarés e intermediario para la realización de las operaciones de desembolso y repago.
Dentro del equipo económico gubernamental, el ministro de Industria y Comercio, Ubaldo Scavone, defiende la contratación del préstamo, a pesar de las objeciones de sus colegas, y adujo que se podrán mejorar los términos del contrato de préstamo.
Scavone dijo que el origen del dinero no es negro, aunque a continuación reconoció que la información al respecto aún es insuficientes.
De todas maneras, Facetti dio a entender que sólo firmaría el contrato si se aclara en forma suficiente el origen de los fondos.
Hasta ahora, los intermediarios del Investor's Resource de Miami se amparan en la confidencialidad de los nombres de los inversionistas, para no brindar la información requerida por las autoridades del país sudamericano.
Pero el contrato incorporaría finalmente la exigencia del gobierno de Paraguay en cuanto a aclarar que los fondos son "limpios" y no se trata de una operación para favorecer a presuntos narcotraficantes. (FIN/IPS/ct/ag/ip-if/96)