La mitad de las costarricenses que utilizan anticonceptivos no están conformes con el método elegido y las críticas apuntan especialmente a la esterilización permanente.
La información surge de la última encuesta de hogares realizada por la estatal Caja Costarricense de Seguro Social, institución administradora de la seguridad social en este país centroamericano de 3,3 millones de habitantes y 51.100 kilómetros cuadrados.
Aunque el uso de anticonceptivos está bastante difundido, las mujeres revelan cierto desconocimiento de la información necesaria para elegir alguno de ellos.
Al parecer, el principal asesoramiento antes de escoger procede de informaciones transmitidas por vecinas, amigas o compañeras de trabajo.
Esa práctica tiene su lado positivo, pues la interacción personal ha hecho posible una amplia difusión de los métodos anticonceptivos más usados, como el preservativo y la píldora.
Al menos así lo creen varios especialistas, como el investigador en demografía Luis Rosero Bixby, quien elaboró la hipótesis de que la propagación de los métodos anticonceptivos en Costa Rica se logró por interacción personal.
Rosero, coordinador del Programa Centroamericano de Población, adscripto a la Universidad de Costa Rica, no cree que el conocimiento masivo de los métodos contraceptivos en el país fuera producto de su sola difusión, tal como han sostenido tradicionalmente los especialistas.
En su opinión, hubo una especie de "contagio" social de los métodos de planificación familiar, ya que la sola difusión no es suficiente para explicar por qué ese conocimiento llegó a toda la población casi simultáneamente.
La teoría de la difusión explica que "la regulación de la fecundidad comienza en ciertos grupos antes que en otros, es decir, se difunde de un grupo social a otro", dijo Rosero.
Pero a su juicio, debe tomarse en cuenta que "los individuos conversan entre sí y se observan mutuamente y, al hacerlo, transmiten información, creencias y valores en materia reproductiva y, consecuentemente, influyen unos a otros".
"Esta focalización en la propagación de persona a persona no niega la importancia de otros canales de difusión, tales como los medios de comunicación", puntualizó.
En cambio, la difusión por interacción social señala que adoptar el control de la natalidad no depende sólo de la oferta y demanda institucional, sino de la experiencia transmitida por aquellos que ya ensayaron la planificación familiar, y del grado de interacción entre usuarios y no usuarios, según Rosero.
Costa Rica tuvo una de las más tempranas y rápidas caídas de la fecundidad en el mundo en desarrollo. Desde 1960 a 1976, su tasa global de fecundidad pasó de 7,6 a 3,5 hijos por mujer.
Sólo Singapur y Taiwán superaron a Costa Rica y, de acuerdo con Rosero, algunos estudios demostrarían que en Taiwán se dio la difusión por interacción, "por encima y más allá de cualquier influencia programática y económica".
Muchas mujeres encuestadas en los centros de salud especializados en planificación corroboraron que tuvieron conocimiento de los métodos anticonceptivos por boca de las amistades, en primera instancia, y luego por el ginecólogo.
Costa Rica es un país en transición. Eso significa que su tasa de fecundidad se está reduciendo, orientándose hacia un promedio inferior a trer hijos por mujer.
El comienzo de esa transición se caracterizó por un rápido ritmo de disminución de la fecundidad y por registrarse en todo el país, señaló Rosero.
Rosero y otros profesionales coinciden en que el nivel de educación y la existencia de un buen sistema de salud permitieron la pronta difusión y práctica inmediata de los métodos de planificación.
Para la socióloga Sonia Cervantes, que trabaja con comunidades, ese "contagio" de que habla Rosero fue favorecido por una alta base educativa general y por un sistema de salud que cubre el país en su totalidad.
"En Costa Rica están las bases para que cualquier programa de salud se extienda a todo el territorio nacional, básicamente por el sistema de educaciñon y de salud", destacó Cervantes.
José Carvajal, de la Asociación Demográfica Costarricense, concuerda con la hipótesis de Rosero, y agrega que la difusión de las nuevas ideas de planificación fue también favorecida por la presencia de una amplia clase media.
A eso se une el hecho de la reducida área del país y su integración mediante una extendida red de vías de comunicación. (FIN/IPS/jlf/ff/pr/96).