COSTA DE MARFIL: Alerta sobre deficiente planificación urbana

Las catastróficas inundaciones ocurridas este fin de semana en la capital de Costa de Marfil pusieron en evidencia su deficiente planificación urbana en vísperas de la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Habitat II), iniciada hoy en Estambul.

Las peores inundaciones del país de Africa occidental, causadas por lluvias torrenciales, produjeron este sábado 28 víctimas fatales en Abidjan, además de incontables daños materiales.

Los 10 distritos de la capital albergan 75 asentamientos precarios, donde según las autoridades municipales vive la mitad de la población, debido a que la planificación de vivienda no ha acompasado el ritmo de crecimiento de la población urbana.

Esta situación es consecuencia del alto índice de natalidad sumado a la migración de las áreas rurales hacia las ciudades en busca de trabajo.

"La tasa de crecimiento de 3,8 a 4 por ciento indica que, para el año 2000, la población de Abidján aumentará (de tres millones actualmente) a cuatro millones", mientras "para el año 2010, ascenderá a 6 o 7 millones", advirtió el alcalde Ernest N'koumo Mobio.

La vivienda es insuficiente y costosa. Los precios de las casas más baratas oscilan entre 8.000 y 30.000 dólares y las rentas más bajas se sitúan en 50 dólares, mientras el salario mínimo equivale a 80 dólares.

Los más poderosos transforman cualquier espacio disponible en zonas de bajos ingresos en viviendas que luego alquilan, mientras los pobladores más pobres, que no pueden pagar siquiera las rentas más bajas, construyen asentamientos de emergencia con material de desecho en los alrededores de áreas residenciales.

La precariedad de estas construcciones hace de sus habitantes las principales víctimas de los desastres naturales, como ocurrió con las inundaciones de este sábado.

Las torrenciales lluvias, que duraron casi 24 horas, constituyen una advertencia para los planificadores urbanos sobre potenciales desastres futuros a menos que se mejore la planificación, previno un periódico local.

"La mayor parte de las áreas peor afectadas estaban marcadas como zonas peligrosas. ?Por qué las autoridades municipales permitieron que la gente construyera allí?", comentó un observador.

"Creo que esto es atribuible a la corrupción. Con tantas personas desesperadas por vivienda, algunos funcionarios corruptos no ven nada malo en aceptar dinero de gente ignorante y asignarle terrenos en esas áreas", agregó.

Sin embargo, el gobierno se rehusa a aceptar plena responsabilidad por el desastre. "Tanto las autoridades municipales como la población tienen parte de culpa", manifestó el ministro del Interior, Emile Constant Bombet.

Aparte de solidarizarse con las víctimas, el gobierno no realizó mención de plan alguno para prevenir la ocurrencia de desastres similares. (FIN/IPS/tra-en/md/jm/oa/ml/en-pr-dv/96)

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