Los fabricantes japoneses de autos están muy atentos a las noticias que dominaron los diarios de Jakarta en los últimos días, las cuales dieron cuenta de un nuevo "vehículo nacional" indonesio que será construído por la Corporacion Kia Motors de Corea del Sur.
El tema es políticamente delicado en Indonesia porque involucra un arreglo hecho por una compañía privada dirigida por el hijo más joven del presidente Suharto. El empresario logró concretar un acuerdo luego que el gobierno aprobó nuevas leyes sobre facilidades impositivas y concesiones a la importación de partes de recambio de automóviles y maquinarias.
Para los fabricantes nipones de autos, su interés no está centrado en la política doméstica indonesia sino en las cuotas de mercado ganadas por firmas surcoreanas en la región asiática, que durante décadas estuvo inundada con autos japoneses.
"La situación está cambiando rápidamente para las compañías japonesas en Asia. Un buen ejemplo son las empresas surcoreanas que han empujado a un lado a sus similares niponas en esa región en rápido desarrollo, vendiendo productos más baratos", explicó Yukio Hanabusa, del Instituto de Economías en Desarrollo de Tokio.
Estadísticas de inversiones extranjeras recientemente publicadas en Tokio dan una visión significativa del panorama.
Hasta la mitad de los años '80, las inversiones niponas en Asia superaron el total combinado de todos sus competidores. La situación actual es diferente.
La inversiones directas dentro de la región, sobre todo de compañías de Corea del Sur, Taiwán y Singapur, totalizaron 356.000 millones de dólares en 1994, casi tres veces más que los 117.000 millones de dólares aportados conjuntamente a la región asiática por Japón, Estados Unidos y Europa.
Estadísticas de casas de comercio niponas mostraron que los nuevos países industrializados en la región están dando un gran mordisco a la torta japonesa, sobre todo en la manufactura de autos, equipos eléctricos y material de computación.
Entre 1986 y 1990 las compañías niponas abarcaron el 24 por ciento de todas las inversiones en el Sudeste Asiático. Entre 1991 y 1994 la cifra descendió al ocho por ciento.
Una de las principales razones por la cual las compañías niponas están perdiendo cuota se debe a que sus competidores ofrecen productos más baratos, señalaron analistas.
La manufactura de automóviles es un caso emblemático.
Los autos surcoreanos cuestan la mitad de sus similares japoneses, que hasta hace poco controlaban el 90 por ciento de los nuevos mercados emergentes del Sudeste Asiático.
En los últimos años, el creciente valor del yen con relación al dólar aumentó los precios de las ya costosas piezas de recambio de de autos fabricadas en Japón e importadas por firmas niponas en el Sudeste Asiático.
Si bien los autos japoneses mantienen su reputación de ser de alta calidad, su sofisticada tecnología ha dejado de ser una importante condición de venta, apuntaron los analistas.
"El consumidor asiático siempre esta buscando hacer negocio y no le interesa un auto que está diseñado con opciones adicionales tan costosas como control de polución y niveles de seguridad", dijo Hanabusa.
Daewoo Motor, un conglomerado líder en Corea del Sur, por ejemplo, anunció haber hecho acuerdos en 1995 por más de 5.000 millones de dólares en proyectos para manufacturar piezas de autómovil. La firma dijo que el 90 por ciento de sus inversiones están radicadas en Asia.
"Aumentar la globalización es la única forma de sobrevivir", explicó Lee Sung Sang, un director de Daewoo. "Nuestra eficacia en los costos es la mejor arma".
Los analistas no esperan que los fabricantes japoneses de autos sacrifiquen calidad para competir en precios. Por el contrario, opinaron que los nipones canalizarán su esfuerzo en abrir nuevas perspectivas en los mercados de Estados Unidos y Europa.
"Vemos que está emergiendo un nuevo esquema", explicó Kazuaki Tanada, un experto de la Organización de Comercio Exterior de Japón (JETRO). "Las compañias japonesas no estan consiguiendo las ganancias que esperaban e incluso se están retirando de Asia".
Cifras difundidas por el ministerio japonés de comercio internacional e industria demostraron que de 627 firmas niponas que establecieron subsidiarias fuera del país en los años '90, alrededor de 233 se retiraron en 1994. El 51 por ciento de las compañías que se marcharon operaban en Asia.
En Malasia, por ejemplo, se ha producido una aguda caída de la inversión privada japonesa en los últimos años porque de 204 compañías descendió a 175 en 1995.
Hanabusa explicó que las empresas japonesas no solo afrontan competencias de precios de los nuevos países industriales como Corea del Sur, sino tambien salarios más altos en áreas populares como Tailandia y Malasia, lo cual duplica su dificultad para asegurarse el liderazgo en esos mercados.
Los sueldos en Malasia, por ejemplo, casi se triplicaron en los últimos 20 años y las compañías japonesas están buscando ahora instalar subsidiarias en Vietnam.
"Las compañías japonesas están afrontando problemas a corto plazo en el emergente mercado asiático. Sin embargo, desde una perspectiva a largo plazo, la sofisticada tecnología japonesa seguirá haciendo a esas firmas muy competitivas", pronosticó. (FIN/IPS/tra-en/sk/cpg/ego/if).
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