Cada día queda más claro que pronto Chile será el cuarto miembro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), sostuvo hoy en esta ciudad el senador Carlos Ominami, ex ministro de Economia.
La vocacion natural de Chile es integrarse con América Latina, pero "no podemos poner los huevos en un solo canasto, tenemos que seguir nuestra política de diversificación de socios comerciales", dijo Ominami para justificar la posible opción de su país, entre el TLC y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Sus opiniones fueron expresadas durante el Encuentro sobre Economías Emergentes de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar el lunes y martes en la sede del Parlamento Latinoamericano, en Sao Paulo.
El senador adelantó que Chile deberá formalizar su pedido de ingreso al bloque norteamericano luego de las elecciones presidenciales estadounidenses, en noviembre de este año.
En los próximos días se intensificarán las negociaciones entre el Mercosur y Chile, en un intento por firmar el acuerdo de asociación durante la Cumbre del Mercosur, que se realizará el día 25 en San Luis, Argentina.
Ominami atribuyó a la política arancelaria la preferencia por el TLC, con aranceles más cercanos al 11 por ciento de Chile, en tanto el Mercosur practica protecciones más elevadas.
Sin embargo, no descartó la firma de acuerdos con el bloque sudamericano para impulsar el comercio bilateral, considerándolos incluso deseables.
Según el senador chileno, un tercio del comercio exterior de su país se hace con Japón y el sudeste asiático, otro tercio con la Unión Europea y el resto se distribuye entre América del Norte y los países latinoamericanos.
En cuanto al plan económico brasileño, que completa dos años al final de este mes, consideró correcta la preocupación del presidente Fernando Henrique Cardoso en "mantener la estabilidad y la inflación baja".
Pero opinó que será necesario modificar el cambio y estimó no recomendable sostener por largo tiempo la paridad de la moneda nacional con el dólar, tal como se hace en Argentina.
Ominami, quien ocupó el Ministro de Economia de 1990 a 1992, afirmó que la política económica de su país nunca pretendió reducir a cero la inflación, sino mantenerla en bajos niveles, bien controlada pero permitiendo el crecimiento. Ese es tambien el gran reto del gobierno brasileno, concluyó. (FIN/IPS/mo/ag/if/96)
