La estatal Corporación del Cobre (Codelco) de Chile inició conversaciones con la Bolsa de Metales de Londres (BML) para buscar medidas que impidan nuevos escándalos de especulación tras el "caso Sumitomo".
La precariedad del sistema de cotizaciones en las bolsas metaleras ha sido cuestionado en varias ocasiones en los últimos años, pero las operaciones del ejecutivo japonés Yasuo Hamanaka fueron la gota que derramó el vaso.
Esa es al menos la impresión predominante en Chile, el mayor productor y exportador mundial de cobre, que vio una vez más comprometida su economía por el impacto de las pérdidas por 1.800 millones de dólares que Hamanaka causó a Sumitomo.
La compañía nipona, que maneja cinco por ciento del mercado mundial del cobre, colocó masivas existencias del producto en el mercado para neutralizar las pérdidas, provocando bruscas e imprevistas bajas en el precio del metal.
La cotización del llamado metal rojo fue de 109 centavos de dólar la libra el jueves último, en vísperas de que Sumitomo informara del escándalo provocado por las maniobras especulativas que Hamanaka realizó durante 10 años.
El viernes vino el derrumbe del mercado, y el precio cayó en la BML a 97,52 centavos de dólar la libra, para bajar nuevamente el lunes, a 90,26 centavos, y recuperarse este martes, con una cotización del orden de 93 centavos de dólar la libra.
Este mejoramiento parcial fue interpretado en Santiago como la primera señal de que el mercado comenzaba a asimilar el "efecto Sumitomo", que provocó en el precio del cobre las mayores caídas de los últimos 27 meses.
El vicepresidente de Comercialización de Codelco, Juan Eduardo Herrera, tomó contactos con Raj Bagri, presidente de la bolsa londinense, con quien convino los primeros pasos para un futuro sistema de cotizaciones más confiable.
Codelco y la BML planean abrir conversaciones con los principales actores del mercado mundial del cobre, tanto estatales como privados, una vez que la situación se calme, para analizar futuras salvaguardas contra la especulación.
Hamanaka, un japonés de 48 años que tuvo una meteórica carrera en Sumitomo, se las ingenió para mantener durante 10 años contabilidades paralelas, ocultando así las pérdidas que causaban a la compañía sus operaciones a futuro.
La tentación de especular en el mercado de productos básicos no es nueva, y en el último tiempo se registran eventos de esa naturaleza en la propia Codelco, así como en la minera Barings y en la petrolera Metallgesellschaft.
En el caso del cobre, los operadores de los mercados a futuro, sobre cuya cotización se negocian suministros a mediano plazo, se tentaron a hacer apuestas en las épocas de baja cotización del metal.
El precio internacional del cobre tuvo un mal año en 1993, con una cotización promedio de 86,7 centavos de dólar la libra, tras promedios de 103,6 centavos en 1992 y de 106,1 centavos de dólar la libra en 1991.
En Chile, el operador de mercado a futuro de Codelco Juan Pablo Dávila, estimó que la cotización continuaría cayendo en 1994 y se embarcó en masivos compromisos de ventas a futuro con las cuales pretendía obtener mejores precios.
Las operaciones de Dávila se transformaron en especulativas, en tanto comprometió suministros por volúmenes mayores a la producción de Codelco, mientras los precios, contrariamente a sus cáculos, comenzaban a subir desde fines de 1993.
Dávila, quien está siendo enjuiciado por estafa y fraude, provocó a Codelco pérdidas por 170 millones de dólares, aún luego de que la entidad estatal logró revocar varios contratos, aminorando un daño estimado inicialmente en unos 400 millones.
Pero lo que en el caso de Dávila fue inicialmente una apuesta al mercado, fue evolucionando hacia la corrupción y el enriquecimiento ilícito, con el cobro de comisiones ilegales a las firmas intermediarias en las operaciones.
Hamanaka y Dávila son hoy por hoy expresiones dramáticas de la especulación financiera en el campo de las materias primas, en el actual escenario de globalización y avances sin precedentes de la informática y las telecomunicaciones.
El chileno realizó muchas de sus operaciones especulativas desde su casa de veraneo en la playa, con un computador portátil conectado a una línea telefónica, negociando miles de toneladas de cobre inexistentes por millones de dólares.
La borrachera de Dávila fue multiplicada por diez por Hamanaka, quien provocó así no sólo una debacle temporal en el mercado cuprífero, sino también un cuestionamiento irrefutable a los actuales sistemas de comercialización.
Según Herrera, no se trata de terminar con la BML ni con los otros grandes centros de transacciones metaleras, como el de Nueva York o el de Tokio, pero sí de sentar salvaguardas que hagan confiables sus cotizaciones.
Chile, que produce anualmente 2,5 millones de toneladas de cobre, utiliza la cotización de la BML sólo como referencia, ya que en la mayoría de los casos negocia directamente el precio con sus clientes.
Codelco, que vende su cobre a unas 300 empresas en todo el mundo, estima que el "efecto Sumitomo" será superado en los próximos meses y que el precio del metal se estabilizará en unos 110 centavos de dólar la libra para el resto del año.
La cotización promedio del cobre en lo que va del año es de unos 116 centavos de dólar, lo cual implicará que tras el escándalo de Hamanaka el precio evolucionará hacia un mayor realismo, al dejar de estar influido por factores especulativos.
Para Chile es importante establecer garantías permanentes contra la especulación, ya que cada centavo de dólar en que varíe la cotización de la libra de cobre significa para el país pérdidas o ingresos por 20 millones de dólares en la proyección anual. (FIN/IPS/ggr/jc/if/96)