BRASIL: Los corruptos también aman, pero pocos lo creen

Los brasileños ganaron un nuevo tema para sus interminables debates. Muchos, tal vez la mayoría, dudan que el símbolo nacional de la corrupción, Paulo César Farías, apodado "PC", fue asesinado en un crimen pasional y se inclinan por la hipótesis de "quema de archivo".

Con la muerte de Farías, sepultado en la tarde de este lunes, desapareció también el testigo más importante de la corrupción política y empresarial que tuvo su auge durante el gobierno del ex presidente Fernando Collor, de 1990 a 1992.

La policía de Maceió afirmó este lunes que su amante, Suzana Marcolino, de 28 años, mató a PC en la madrugada del domingo de un tiro en el pecho, suicidándose enseguida, lo que se comprueba sobre todo por los residuos de pólvora en las manos de la mujer.

Se descartó cualquier posibilidad de que un asesino se haya introducido en la casa de playa, a seis kilometros de Maceió, una ciudad del noreste de Brasil, superando el fuerte sistema de seguridad, con seis guardaespaldas, que protegía a PC.

La policía mencionó también como elementos para confirman el asesinato pasional que el revólver calibre 38 era de Marcolino y la forma del disparo contra PC indica que su autor era inexperto, no un asesino profesional.

Además, los empleados testimoniaron que entre ellos tuvo lugar una fuerte discusión en la madrugada, aunque no escucharon los tiros.

El diputado Augusto Farías, hermano de PC, declaró este lunes que ya no tenía ninguna duda de que se trató de un crimen pasional. A las evidencias señaladas por la policía, agregó que PC le había revelado que Marcolino intentó suicidarse dos meses antes.

Sin embargo, serán necesarios argumentos más fuertes para convencer a una opinión pública que se acostumbró a ver asesinados testigos cuyos testimonios podrían haber afectado grandes intereses económicos y políticos.

PC Farias, un archivo vivo sobre la corrupción que hasta ahora había resistido las presiones y la tentación de revelar todo lo que sabía, era un blanco evidente.

El riesgo de asesinato había sido destacado públicamente por su esposa, Elma Farías, en entrevistas concedidas poco antes de morir de un paro cardíaco a los 44 años, en julio de 1994, en uno de los muchos misterios ocurridos con personas involucradas en el escándalo de corrupción del gobierno de Collor.

Su opinión era que PC debía revelar todo lo que sabía, para no ser castigado por delitos cuyos responsables eran otros.

Pedro Collor, quien desató el escándalo en mayo de 1992 al denunciar la corrupción de su hermano y su testaferro, PC Farías, murió en diciembre de 1994, a los 42 años, víctima del desarrollo fulminante de cuatro tumores en el cerebro, diagnosticados apenas un mes antes.

El ex presidente de la Cámara de Diputados, Ibsen Pinheiro, que tuvo papel central en la investigación parlamentaria que derrocó a Collor en 1992, tuvo sus derechos políticos suspendidos en enero de 1995, involucrado en otro escándalo de corrupción.

PC Farías se hizo conocido como tesorero de la campaña electoral de 1989, en la que Collor triunfó para convertirse en el más joven presidente de Brasil, con 40 años. Luego fue el hombre que manejaba contratos y un vasto sistema de tráfico de influencias en el gobierno.

Los rumores indicaban que el grupo proveniente del pequeño estado de Alagoas, en el noreste de Brasil, ya había acumulado más de mil millones de dólares y se aprestaba a invertirlos en diarios, televisoras y empresas de transporte, con miras a montar una estructura de apoyo político para mantenerse en el poder.

Desmontados los planes tras el escándalo, Collor logró la absolución por falta de pruebas en los primeros procesos y pasó a vivir en Miami, Estados Unidos. Sólo fueron condenados PC Farías y Jorge Bandeira, piloto de avión de una empresa del primero.

Pero muchos procesos y acusaciones, como el de la ex ministra de Economía de Collor Zelia Cardoso de Melo, se encuentran aún en el Superior Tribunal Federal y pueden verse afectados por la muerte del testigo y principal acusado.

Farías fue descubierto en Bangkok en 1993 tras haber huído del país. Llevado a Brasil, fue condenado a siete años de prisión por evasión fiscal y falsificación de documentos, pero desde comienzos de este año cumplía la pena en libertad condicional.

Ya había vuelto a sus negocios y tenía planes para lanzar un diario en Maceió dentro de algunas semanas. Dejó dos hijos, de 13 y 15 años, que había enviado a estudiar en Suiza, temiendo secuestros o actos de venganza.

El asesinato de PC Farías fortalece la creencia de que "una maldición" acecha a los involucrados en el derrocamiento del Collor.

Las sospechas de "quema de archivo" se alimentan de la tradicional eliminación de testigos en todo el país y de la violencia política en el noreste.

El padre del ex presidente, Arnon de Mello, mató a un colega dentro del Senado en la década del 60, al errar un tiro destinado a un enemigo político.

El actual senador Ronaldo Cunha Lima fue eligido en 1994, tras haber intentado asesinar de varios balazos a un adversario del estado de Paraiba, al norte de Alagoas, una región donde cuestiones de honor, peleas de familia o políticas aún suelen resolverse a tiros. (FIN/IPS/mo/ag/ip/96

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