La huelga general promovida hoy contra el desempleo por tres centrales sindicales de Brasil fue parcial, con fuerte incidencia sólo en algunas ciudades y sectores.
La reducción de actividades se debió principalmente a la escasez de transportes. Sao Paulo y Rio de Janeiro, las dos mayores ciudades del país, fueron las más afectadas.
En las dos ciudades no circularon más de la mitad de los autobuses en la mañana, y se paralizaron el metro en Sao Paulo y los trenes suburbanos en Río. Pero el servicio de transporte se iba normalizando al comienzo de la tarde.
Esas capitales vivieron un feriado parcial, con reducido movimiento en el comercio y los bancos, y muchas personas aprovecharon para prolongar su fin de semana. La eleccion de un viernes para la huelga tuvo ese objetivo.
"La huelga fue generalizada y un éxito", adelantó Luiz Antonio de Medeiros, presidente de Fuerza Sindical, una de las centrales que encabezaron el movimiento.
Más de 12 millones de trabajadores cruzaron los brazos, afirmaron Medeiros y la Central Unida de Trabajadores (CUT, la mayor organización sindical). Esa era la meta anunciada para la huelga general en contra del desempleo, pero las cifras son inciertas.
La huelga fracasó en ciudades importantes, como Brasilia, Belo Horizonte, Porto Alegre, Recife y Salvador, todas con más de 1,5 millones de habitantes. Los sindicalistas intentaron paralizar los autobuses con violencia, pero sólo lograron retardar la circulación en la madrugada.
El comercio y los bancos mantuvieron actividad normal en todo el país, pese al movimiento reducido en algunas ciudades, como Río y Sao Paulo.
La mayor adhesión se produjo entre los metalúrgicos de la región metropolitana de Sao Paulo. En el ABC, conjunto de ciudades industriales y cuna de la CUT, la industria automovilística fue paralizada en su casi totalidad.
En una planta de la industria automovilística Ford, un obrero fue herido de bala en un pie.
Tampoco operó el Puerto de Santos, el mayor de Brasil a 70 kilómetros de Sao Paulo, y gran parte de las escuelas de todo el país no funcionaron, ante la ausencia de alumnos y maestros provocada por la falta de transporte o la suspensión previa de las clases.
Hubo pequeños incidentes cuando los sindicalistas intentaron paralizar los transportes con bloqueos. La policía intervino en muchas ciudades, con algunos heridos y detención de activistas por algunas horas.
Los conflictos más graves ocurrieron con campesinos sin tierra que bloquearon algunas carreteras. La reforma agraria, además de la reactivación de la economía y generación de empleos, era uno de los reclamos de la huelga.
Cerca de Brasilia, 700 campesinos del Movimiento de los Sin Tierra (MST) provocaron un congestionamiento de mas de 10 kilómetros, al bloquear por media hora en la mañana una carretera de acceso.
En Vitoria, capital del centro-oriental estado de Espíritu Santo, la policía reprimió violentamente una manifestación similar, dejando un saldo de cuatro heridos y siete deteniendos. (FIN/IPS/mo/ag/ip/96