El encarcelado ex presidente de Bangladesh, Hussain Mohammed Ershad, resurgió hoy como pieza clave y posible fiel de la balanza del poder, tras las elecciones parlamentarias de este miércoles, seis años después de haber sido derrocado por un alzamiento popular y juzgado por corrupción.
Los resultados aún incompletos ofrecidos por la autoridad electoral pintan un panorama de previsible bloqueo parlamentario entre los dos partidos más votados, lo que permite incluso especular con la posibilidad de que Ershad pueda verse de nuevo en el asiento del conductor.
Los dos partidos mayores siguen corriendo cabeza a cabeza en el proceso de adjudicación de escaños, con la Liga Awami provisionalmente en primer lugar con 130 diputados, mientras el Partido Nacional de Bangladesh (PNB) le sigue con 102.
El Parlamento consta de 330 legisladores, de los cuales 30 están reservados a mujeres, las cuales serán elegidas más tarde por los representantes ya electos. El Partido Jatiya, cuyo líder es el propio Ershad, conquistó 30 escaños, mientras dos fueron al derechista Jamaat-e-Islami y tres a otros partidos menores.
Si el PNB consiguiera sólo 16 de los restantes 32 escaños aún no adjudicados, podría quedar muy cerca de la representación obtenida por la Liga, produciendo una situación parlamentaria precaria, expuesta a frecuentes bloqueos. En ese caso, el Partido Jatiya emergería como árbitro del poder.
Cualquiera de los dos grandes partidos que se asegure el apoyo de Jatiya podrá formar gobierno. Pero lo que está claro es que este tercer partido no dejará de exigir la liberación de Ershad – que a sus 67 años languidece en solitario confinamiento- como principal condición.
La campaña de Jatiya no dejó margen a duda alguna en este aspecto. "Su precioso voto servirá para liberar al 'Pallibandu' (amigo de la aldea) Ershad", decía un eslogan del partido.
Derrocado tras un reinado de nueve años por un movimiento conducido conjuntamente por el PNB y la Liga Awami, Ershad ya ha cumplido cinco de los 13 años de la pena que le fue impuesta, por supuesta corrupción, después de su destitución y encarcelamiento.
La enemistad que actualmente existe entre el PNB y la Liga parece demasiado fuerte para permitirles formar una coalición eficaz, y ninguno de los otros partidos -excepto Jatiya- podrá tener una representación numéricamente capaz de ayudar a alguno de los dos grandes en la formación de una mayoría estable.
A pesar de que el Partido Jatiya se encuentra ideológicamente más cerca del PNB porque ambos fueron formados por ex generales del ejército, en la presente situación parece más dispuesto a inclinar su fuerza en favor de la Liga Awami.
Esto se debe, principalmente, a que Ershad culpa de todos sus males a la conductora del PNB, la ex primer ministro Jaleda Zia.
Ershad había tomado el poder en 1982, desalojando a un débil gobierno civil, unos pocos meses después del asesinato del presidente Zia-ur-Rahman, ex general y esposo de Jaleda Zia. Desde entonces han existido versiones que vinculan a Ershad con esa muerte.
Sheikh Hasina, líder de la Liga Awami, de orientación izquierdista, puede tener diferencias ideológicas con Jatiya, pero es probable que haga concesiones para formar una coalición, en opinión de los analistas de la situación en Dhaka.
Estos dos partidos, junto al derechista Jamaat-e-Islami, unieron fuerzas en 1994 para organizar una serie de agitaciones que lograron expulsar al régimen de la primer ministro Jaleda Zia e instalar en su lugar un gobierno neutral en funciones, encargado de convocar elecciones generales. (FIN/IPS/tra-en/ti/mv/arl/ip/96)