Esta es la época del año en el subcontinente surasiático que los campesinos observan nerviosamente el cielo para descubrir señales de la llegada del monzón.
Su salud, el bienestar de su familia e incluso la prosperidad de las economías de naciones surasiáticas depende en gran medida de esas lluvias anuales. Si son inadecuadas, o no se producen, puede ser un desastre.
El sur de Asia, con excepción de Sri Lanka, ha tenido cinco años de buenos monzones y los graneros de la región están rebosantes.
En efecto, el sur de Asia ha demostrado que las predicciones malthusianas de hambrunas masivas estaban equivocadas. Las semillas de la Revolución Verde dieron impulso a las cosechas de los años '70 y continuaron fomentando el aumento de la producción cerealera.
Excepto para Sri Lanka, la producción de granos en el sur de Asia excedió el crecimiento demográfico en los años '80. Mientras el índice de aumento de población fué del 2,1 por ciento, la producción de alimentos alcanzó el 4,3 anual.
India ha amasado grandes excedentes de cereales e incluso exportó arroz este año a áreas deficitarias del sudeste asiático, capitalizándose así con los altos precios internacionales.
No obstante, los agrónomos previnieron que en esta década el sur de Asia se adormeció y la producción de granos declinó. El crecimiento anual de India del 4,3 por ciento ha bajado al 1,6 en el período 1993-1994. La producción anual de alimentos de Bangladesh descendió del 2,8 por ciento en los '80 al 0,6 en los últimos dos años.
"Si esa tendencia continúa, los beneficios conseguidos en los '80 se verán anulados muy pronto", dijo el agrónomo Mahahub Hossain, de Bangladesh, quien trabaja para el Instituto de Estudios del Arroz con sede en Manila.
Hossain indicó que los dos países que corren más riesgo son Nepal y Bangladesh, donde la presión de la población es más fuerte, la expansión de la tierra cultivable es limitada y ambas naciones no pueden permitirse importar víveres en caso de escasez.
Pakistán tiene el índice más alto de crecimiento demográfico en la región, pero Hossain apuntó que tiene mejores posibilidades de ampliar sus tierras cultivables. En India, existen todavía enormes perspectivas de extender la irrigación de modo que las cosechas no sean tan dependientes de las veleidades de los monzones.
Nuevas simientes de arroz híbrido que podrían hacer posible una segunda Revolución Verde todavía están a cinco años de distancia y, hasta entonces, el sur de Asia deberá encontrar otras maneras de alimentar a su población de 1.000 millones de personas.
La ironía para muchos operadores sanitarios y planificadores es que en una época en que los graneros surasiáticos están llenos, el nivel de desnutrición regional es anormalmente alto.
Para los expertos, es una prueba que la mala alimentación no es realmente un problema de escasez sino de mala distribución.
"El sur de Asia puede estar acertado en la producción de alimentos, pero se encuentra en pésima situación en lo que respecta a los grupos vulnerables", declaró en Bangkok un funcionario de la FAO para la región Asia-Pacífico.
En su informe "Progreso de Naciones", difundido la semana pasada, UNICEF comparó los niveles de desnutrición en el sur de Asia y Africa. El número de desnutridos no solo es tres veces superior en Asia, sino tambien la cantidad de niños con peso inferior al normal alcanza al 51 por ciento en relación al 31 de Africa Subsahariana.
"Los paises surasiáticos deben ahora enfrentar el hecho que tienen los peores niveles mundiales de desnutrición y las raíces de la mala alimentación se hunden profundamente en el terreno social", expresó el informe de UNICEF.
Añadió que el factor principal de los altos niveles de desnutrición es la desigualdad entre hombres y mujeres que tiene relación directa con el bajo peso de los neonatos, alta mortalidad materna, amamantación con leche materna, alimentos y enfermedades.
El informe señaló que "las mujeres de Africa Subsahariana, particularmente las más pobres, tienen más oportunidades y libertad que sus iguales del sur de Asia".
No se trata de diferencias acerca de índices femeninos de albabetismo o edad de casamiento de las mujeres en las dos regiones, sino cuánta más independencia y capacidad de decisión poseen y, al parecer, las surasiáticas están muy rezagadas.
UNICEF indicó que el 60 por ciento de las mujeres en Africa Subsahariana están involucradas en algún tipo de actividad económica fuera de sus hogares, mientras solo un cuarto de sus similares de Pakistán y Bangladesh realizan tareas parecidas.
Sin embargo, los planificadores oficiales tienden a observar las cifras macroeconómicas y temen una declinación de las cosechas cerealeras por debajo de los niveles de crecimiento demográfico.
Los alimentos poco comunes como las legumbres, que son la mayor fuente de proteínas en dietas vegetarianas, están en declinación. Las cosechas anuales de legumbres en India han estado estancadas durante los últimos 20 años y se han convertido en un lujo que solo los ricos pueden permitirse.
Organizaciones no gubernamentales (ONG) de Asia-Pacífico, que se reunieron recientemente en Bangkok para formular políticas con miras a la Cumbre Mundial de la Alimentación que tendrá lugar en Roma en noviembre, señalaron que la liberalización del mercado y la presión de los granjeros para exportar sus cosechas están afectando la producción de alimentos.
Tony Quizón, del grupo de 100 ONGs de Asia-Pacífico, dijo que "llegó el momento de reintegrar la producción agrícola a la ecología local. Tambien es tiempo de abandonar fijaciones técnicas como la Revolución Verde. Es hora de llevar una vez más la agricultura a las comunidades locales". (FIN/IPS/tra- en/kd/mv/ego/dv).
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