(Artes y Espectáculos)

Ilan Chester, el mayor exponente del movimiento de música urbana que germinó en Venezuela la década pasada, nutrida por el pase de la bonanza petrolera a la cola de países en crisis, inició su despedida de los escenarios, fatigado de un mundo de claroscuros.

Ilan siempre ha sido un bicho raro en ese mundo donde las miserias de un negocio millonario conviven con la creatividad musical, con una espiritualidad que lo hizo abrazar desde joven la confesión hinduista Krishna y un pensamiento conservador, con elementos ecologistas y naturistas.

El autor de Canto al Avila, transformado en un himno de la caotizada pero aún exuberante ciudad de Caracas, asegura que deja las grabaciones de discos y las actuaciones en vivo, para centrarse en componer para otros y crear una especie de "spa" antiestres y espiritual para la que ya tiene nombre: Ciudadela.

A sus 44 años, Ilan comenzó al finalizar este mes de junio a despedirse con cuatro conciertos en el principal teatro del país, para seguir una gira que debe concluir en octubre y que aún no desmaya en cerrar a las faldas de El Avila, la montaña y parque nacional que limita a Caracas al norte y la separa del mar.

No es el miembro más conocido internacionalmente de la generación que refrescó y dio contenido a la balada local, pero autores y público lo califican como el mejor músico y el mejor cantante venezolano, aunque el último calificativo resienta a seguidores de El Puma, Jose Luis Rodríguez.

La canción venezolana cambió cuando jóvenes compositores crecidos con la crisis de los 80 pasaron a reflejar en sus letras el sentir de las personas comunes, de la cotidianidad, de las vicisitudes existenciales con toques de crítica social.

Con Ilan destacan en ese grupo figuras como Yordano, Franco dical del año, mostró en el moderno teatro Teresa Carreño a un artista en su plenitud, que se atrevió a ser acompañado en su repertorio más emblemático por la Orquesta Filarmónica de Venezuela y convirtió para Su paso a una transnacional con ese fima. Los músicos y cantantes del movimiento domaquinaria no haya sabido imponerlo en otros mercados, al contrario dn sastre, que compondrá canciones a medida de las inquietudes de los intérpretes", dice y asegura que quiere e orden", bajo su nuevo contrato dramount.

Ganar dinero para vivir "holgadamente' a grabar y dar conciertos, e invertir en La Ciudadela, "para dar al pa hijo de una figura mundial del judaísmo (su apellky), admite que su asunción como krishna "es un punto s religiones es igual y que "si iquetas aparece aquí y allá en susy para siempre" en un contexto social donde la fidelidad masculina está mal vista y defenderla,aún.

El ecologismo, la defensa de modcon una crítica a la sociedad de consumo, al armamentismo, a las desigualdades étnicas y sociales, son elementos de letras de estrle teclado.

Sin olvidar el amor, cómo no, su gran tema, y todo inmerso en un halo de espiritualidad creciente, donde los gesenn coctel "light" que recoge nuevos incondicionales aún ahora que anuncia su retiro.

"Yo prefiero soñar, no me Abran paso, Máquina, Amor sin medida, Al norte del sur, Sólo faltas tú, Así no más, Soledad, son algunos de los títulos que incorporó en sus últimos conciertos, con un público que reía, coreaba, bailaba y se abrazaba en tácito acuerdo con su artista.

Ilan parece el más convencido de que "todo llega a su final", como dice una de sus canciones, y que es un momento en que no basta dar media vuelta, sino que "hay que darla completa y decir adiós", como señala otra.

Entre los compañeros del movimiento del que fue impulsor hace 15 años, se duda si sus conciertos de La Despedida serán el real fin como cantautor de Ilan, porque aunque todos creen que es su sincera intención "es inevitable que vuelva porque él respira, suda y habla música", como sintetizó Yordano.

Pero Ilan tiene ganas de hacer y decir lo que quiera, insiste, y su inquietud por un país hundido en una crisis sin precedentes le llevan no sólo a criticar a las disqueras yn que acompaña ahora un encuerpamiento de quien comenzó tan flaco que él mismo aseguraba que lo tapaba el micrófono.

Eso sí, las camisas caribeñamente muticolores y su rizado y leonino cabello son aún iguales. (FIN/IPS/eg/jc/cr/96)

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(Artes y Espectáculos) EL SALVADOR: El rescate de la memoria colectiva

por Juan José Dalton

SAN SALVADOR, jun (IPS) La historia y los instrumentos de la Televisión Educativa de El Salvador son la materia de un nuevo museo, que el gobierno se propone abrir al público en julio, mientras surgen otras tentativas de rescate de la memoria colectiva.

Tomás Panameño, director de la Televisión Educativa, informó que serán exhibidas en el museo unas 150 piezas entre cámaras, trípodes, antenas, monitores y otros aparatos utilizados desde que, hace 30 años, la televisión hizo su aparición en El Salvador.

La inicie carácter formativo para toda América Central en las últimas décadas, muchos de los cuales participaron en festivales internacionales en Europa y Canadá.

También figuran las cámaras de torreta, qette Valle, directora de Museología de Concultura, informó que "están en proyecto" los museos de Antropología y de Historia.

También "existen iniciativas privadas" para la apertura de museos de historia de los ferrocarriles y del llamado arte militar, agregó Valle.

Así mismo, el Museo de la Palabra, una institución privada dirigida por el venezolano Carlos Consalvi, lanzó este mes su primer libro, "Luciérnagas en el Mozote", otro aporte para el rescate de la memoria histórica salvadoreña

"Luciérnagas en El Mozote" es una pormenorizada recopilación de informaciones sobre la mayor matanza de campesinos ejecutada por el ejército durante la guerra civil, librada entre 1980 y 1992.

El libro incluye el testimonio de Rufina Amaya, la única sobreviviente de la masacre. Las tropas gubernamentales dieron muerte en diciembre de 1981 a más de 1.000 personas en el poblado de El Mozoto, ubicado en la oriental provincia de Morazán, donde la guerrilla tenía un importante bastión.

También comprende un reportaje sobre la matanza realizado por el periodista estadounidense Mark Danner y publicado en The New York Times, y el relato del propio Consalvi, quien al momento del hecho militaba en la guerrilla como director de la radio clandestina "Venceremos".

"Algunos consideran que rememorar nuestra historia reciente significa subvertir el proceso de paz, y por lo tanto esos acontecimientos deben ser olvidados y sepultados junto a sus 70.000 muertos", reflexiona Consalvi.

"En El Salvador, el temor a la verdad histórica se ha mezclado con la falta de conocimiento de ella. Esta actitud se ha convertido en una norma institucionalizada desde nuestros inicios como nación y asimilada traumáticamente como herencia cultural", añadió el periodista y ex guerrillero.

El Museo de la Palabra es un centro de Documentación Audiovisual, empeñado en el rescate y difusión de temas históricos registrados en manuscritos, grabaciones, fotografías, carteles, cine y video, destacó Consalvi. (FIN/IPS/jd/ff/cr/96

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