La agrupación ambientalista internacional Greenpeace criticó hoy el avance del proyecto oficial de privatización de las centrales nucleares en Argentina, una iniciativa que incluye la instalación de un basurero atómico en este país sudamericano.
El responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace en Argentina, Juan Carlos Villalonga, dijo a IPS que en una reunión de comisiones de la Cámara de Diputados realizada este martes "se aprobó el proyecto a sola firma y sin ningún tipo de debate".
Villalonga criticó la forma "fragmentada" en que resistieron el proyecto los diputados de los partidos opositores y lamentó que se haya ignorado la recomendación de Greenpeace para suspender el plan nuclear y las privatizaciones.
La iniciativa oficial plantea vender las centrales nucleares de Atucha I, Atucha II y Embalse, y erigir un repositorio para los desechos, una alternativa rechazada por la Constitución de la sureña provincia de Chubut, donde se ubicaría el basurero.
Los parlamentarios de esa provincia, al sancionar su nueva carta, establecieron que no se aceptaría un repositorio, pero el proyecto oficial prevé que el sitio elegido será decidido "en última instancia" por una comisión del Congreso.
De esta manera, el gobierno del presidente Carlos Menem espera recaudar entre 380 y 600 millones de dólares para equilibrar sus cuentas fiscales este año, pero Villalonga duda que el proyecto se realice con éxito.
"Es muy difícil que encuentren interesados en comprar las centrales y si lo logran va a ser aliviando las cargas al que las adquiera y eso es muy peligroso", dijo el activista en alusión a las estrictas y onerosas normas de seguridad que deben cumplir las usinas.
Villalonga consideró, además, que el dinero que se espera obtener "es insignificante" en relación a la inversión efectuada en el proyecto nuclear argentino, que costó unos 8.400 millones de dólares y sólo provee 3,2 por ciento de la energía del país.
Greenpeace había propuesto un proyecto de moratoria que pedía la paralización de la expansión nuclear argentina, la suspensión de las privatizaciones, un plazo a la sustitución de las plantas atómicas, el control de su funcionamiento, el manejo de los residuos en el lugar y el desarrollo de fuentes renovables.
En este último punto, la organización ambientalista propuso que los técnicos que trabajaron en el proyecto nuclear en los últimos años lo sigan haciendo con la misma excelencia en un programa que permita desarrollar la energía eólica o solar en gran escala en los próximos años.
Pero la propuesta de Greenpeace, representada por un grupo de parlamentarios del opositor Frente País Solidario, ni siquiera fue debatida porque en el plenario de comisiones de Energía, Ciencia y Técnica, Presupuesto, Obras Públicas y Medio Ambiente los diputados sólo asistieron para firmar, sin discutir.
Ahora el proyecto oficial será debatido en la Cámara de Diputados entre elos días 19 y 26, y una vez despachado deberá ser analizado por el Senado para su aprobación definitiva. (FIN/IPS/mv/ag/en/96)