Por primera vez en la historia, más de dos millones de habitantes de la ciudad de Buenos Aires elegirán el domingo a su jefe comunal y, si se cumplen los pronósticos, el ganador será un opositor al gobierno del presidente Carlos Menem.
Fernando De la Rúa, senador de la Unión Cívica Radical, es el favorito para erigirse en primer intendente electo de Buenos Aires en los comicios del día 30. Los analistas estiman que si gana y su gestión es buena, podría quedar en carrera para convertirse en el candidato presidencial de su partido en 1999.
La reforma constitucional de 1994 que permitió a Menem la reelección, permitiría a la oposición cosechar su propio fruto dos años después. El gobernante de Buenos Aires, cuyo nombramiento eral prerrogativa del presidente de turno, se decide por votación y, según las encuestas, quedaría en sus manos.
Con casi 3.000 millones de dólares, el presupuesto de la capital argentina es el segundo más suculento del país. Pero la deuda que arrastra la llamada "ciudad luz" es casi tan alta como su presupuesto: entre 2.000 y 2.500 millones de dólares.
Todas las encuestas dan a De la Rúa ganador, con porcentajes entre 35 y 40 por ciento. En segundo lugar se ubica el socialista Norberto La Porta, del Frente País Solidario (Frepaso), con preferencias que se ubican entre 23 y 27 por ciento.
El tercer puesto se lo disputan dos candidatos vinculados al gobernante Partido Justicialista.
El primero es el actual intendente designado por Menem, Jorge Domínguez, que no supera 18 por ciento de preferencias pese a una campaña en la que se habrían gastado cinco millones de dólares, según revelaron éste viernes los expertos.
Domínguez realizó una campaña maratónica de limpieza de la ciudad, plantación de árboles en todos los paseos públicos y aceleración de obras públicas. Colocó policías en casi todas las esquinas, que admitieron estar percibiendo pagos extras hasta el día de los comicios.
Lo sigue Gustavo Béliz, quien fue ministro del Interior de Menem y se fue del gobierno dando un portazo, supuestamente asqueado por la corrupción. Creó su propio partido, Nueva Dirigencia, que intenta ser la contracara de la imágen de Domínguez.
Béliz coqueteó con el Frepaso en enero hasta provocar la ruptura entre el ex senador José Octavio Bordón y el diputado Carlos Alvarez, integrantes de la fórmula para los comicios presidenciales de mayo de 1995 en los que consiguieron el segundo puesto.
Pero a principios de este año se rompió la alianza por la intransigencia de Bordón, que quería imponer a Béliz como candidato.
Honestidad, transparencia, participación ciudadana son los ejes de la propuesta de Béliz, quien no obstante no supera 11 por ciento de las simpatías.
En estas elecciones, la mayor demanda de los votantes de la capital -un electorado considerado moderno, independiente, bien informado y de ingresos entre medios y altos-, es la ética y la transparencia. No confían en el partido sino en el candidato.
Ese criterio, en el que coinciden analistas y encuestadores, explica el fenómeno político de la senadora Graciela Fernández Meijide, una dirigente humanitaria que se sumó al Frepaso y en los últimos comicios de la capital argentina ganó con más de 50 por ciento de los votos.
Fernández Meijide encabeza la lista como primera estatuyente por la capital, un distrito que además de elegir intendente por primera vez debe también confeccionar su carta constitucional a través de delegados electos para tal fin.
Entre 39 y 50 por ciento de los electores aseguran que votarán a Fernández Meijide para la convención. Su propuesta como estatuyente tiene mayor respaldo que el logrado por La Porta, el candidato a intendente de su mismo partido. Y más incluso que De La Rúa, favorito para ganar la intendencia.
Las preferencias del electorado estuvieron a punto de provocar una crisis en su partido. Muchos se preguntan por qué se postuló a La Porta y no a ella como candidata a jefa comunal de Buenos Aires, una caja de resonancia de lo que ocurre en el país y una inmejorable plataforma de proyección política hacia el futuro.
Los esfuerzos de Fernández y La Porta por demostrar que son del mismo partido fueron vanos en la campaña ante el electorado porteño.
La honestidad de los dirigentes del Frepaso es una de las cualidades que les permitieron cosechar importantes triunfos en la capital argentina desde 1993, hasta surgir como una alternativa a los dos partidos políticos tradicionales.
Este viernes, los expertos en campañas políticas señalaron que si bien esta vez el gobierno nacional no otorgó dinero para la promoción de los candidatos, el oficialismo gastó más de cinco millones de dólares, De La Rúa dos millones y La Porta 600.000.
Todo esto para conseguir ese bastión que resultará a partir del domingo una verdadera vidriera para los políticos que quieran mostrar a los votantes como se administra el distrito más moderno y uno de los más populosos del país. (FIN/IPS/mv/ag/ip/96