El incremento del precio internacional de los granos por la menor oferta de Estados Unidos y la Unión Europea y el aumento de la demanda en Asia, produjo un alza de entre 30 y 50 por ciento en el valor de la tierra dedicada a estos cultivos en Argentina. "Muchos ganaderos están arrinconando a sus animales, desvalorizados en el mundo por el mal de las vacas locas, y aprovechan la coyuntura para sembrar", dijo a IPS Humberto Volando, presidente de la Federación Agraria Argentina, que nuclea a pequeños empresarios rurales. Ante este panorama, en la región pampeana (provincias de Buenos Aires, La Pampa, sur de las de Santa Fe y de Córdoba), el valor de la tierra de cultivo de trigo pasó de 1.000 a 1.500 dólares la hectárea en los últimos ocho meses y la de maíz de 2.500 a 3.500. Asimismo los arrendamientos, que rondaban los 100 dólares mensuales por hectárea en la zona de la pampa -la más rica región agricola-ganadera del país- a riesgo del propietario, pasaron a 150 dólares la unidad frente a las nuevas persepctivas de colocación del producto. Tal aumento se deriva del comportamiento internacional de los precios. Entre mayo de 1995 e igual mes de este año, el trigo pasó de 150 a 270 dólares la tonelada, el maíz de 100 a 190 y la soja, que constituye el principal rubro exportador del pais, de 190 a 275 dólares la tonelada. En diálogo con IPS, Raquel Camino, del Centro de la Industria Aceitera de Argentina, explicó que el aumento de precios y la consecuente revalorización del campo, resultan de la combinación de factores favorables en el capítulo de la oferta y el de la demanda. "El cierre de la ronda Uruguay del GATT redujo los subsidios en Estados Unidos y Europa -los principales exportadores-, que bajaron sus stocks de trigo y maíz. A eso se suman problemas de sequía en el hemisferio norte que repercuten en aumentos de precios", sostuvo Camino. Pero no sólo el repliegue de los grandes exportadores incidió en el repunte de precios. La bonanza económica de países asiáticos – particularmente China- y de Brasil, impulsó un aumento de la demanda que también repercutió favorablemente en los valores de mercado de los granos. Asimismo, el fenómeno de las vacas locas empujó el alza de consumo de cerdo y pollo en Europa. El primero se alimenta de maíz y el segundo de soja, de ahí que los cultivos se beneficien de la sustitución de las carnes rojas. Según las estimaciones oficiales, este año la producción de granos superara las 60 millones de toneladas. El total de divisas que ingresarán por la exportación será de 7.500 millones de dólares, de los cuales 5.000 los aporta el complejo oleaginoso (soja y girasol principalmente). Destacados inversores extranjeros como George Soros o Luciano Benetton, quienes apostaron parte de su patrimonio al campo argentino, lograron incrementar así sus beneficios en el corto y mediano plazo hasta 50 por ciento con la adquisición de tierras en el último año. En un año y medio, Soros compró 350.000 hectáreas de campo en Argentina, una operación que lo coloca como el primer propietario rural del país. (FIN/IPS/mv/dg/if/96)
