Al destituir al primer ministro Marcolino Moco, el presidente de Angola, Jose Eduardo dos Santos, reconoció hoy que su país se halla al borde del colapso económico, con consecuencias políticas imprevisible.
No obstante, las declaraciones de Dos Santos, realizadas a la emisora lisboeta TSF-Radio Jornal, son en parte tranquilizadoras.
En efecto, el presidente aseguró que "el proceso de paz será cumplido" y el gobierno de Angola honrará los acuerdos firmados con la UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) en Bicesse, Portugal, en mayo de 1991, y en Lusaka, Zambia, en noviembre de 1994.
Pero por otro lado, admitió que la economía angoleña se encuentra cerca del caos y expresó que al despedir del cargo a Moco y al gobernador del Banco de Angola, Antonio Furtado "llegó el momento de la verdad" y quienes fallaron, "deben reconocer modestamente sus errores".
El mandatario ordenó suspender todas las operaciones de cambio en el país, con el propósito de recuperar el control de la destruida economía nacional.
"El descalabro social es evidente, la pobreza de la población es extrema, la desesperación comienza a invadir muchos corazones", advirtió Dos Santos.
También señaló que en los últimos tiempos fue estimulada la especulación, al permitirse el desarrollo de "un sistema paralelo fuerte", que representa 90 por ciento de las importaciones del país.
La gran mayoría de los salarios "tienen un valor casi simbólico", dijo el presidente, al explicar la destitución de Moco y Furtado.
Anunció que el primer ministro designado, Franca Van Dunen, tiene plazo hasta el sábado para formar gobierno y luego, "a corto plazo, los objetivos esenciales que se deben alcanzar, deberán incluir el control efectivo" del mercado de cambios.
Las senales de malestar generalizado entre la población comenzaron a surgir hace diez días, cuando panfletos clandestinos fueron distribuidos en la capital, Luanda, citando a una manifestación de protesta, finalmente evitada por el gobierno.
La caída de Moco comenzó entonces a anunciarse entre bastidores. La fuerza política del ex primer ministro se basaba en su condición de único alto dirigente gubernamental de origen ovinbundo, la etnia dominante del altiplano central angoleño, cuyo principal exponente es el líder de la UNITA, Jonas Savimbi.
A fin de dificultar a UNITA el reclutamiento de guerrilleros entre los ovinbundos, Moco asumió la jefatura del gobierno en noviembre de 1992, un mes después del estallido de la segunda guerra civil angolena, que dos años más tarde se saldaba como el más cruento conflicto africano de este siglo, con 1,1 millones de muertos.
Fuentes de la UNITA citadas por las radios portuguesas no escondieron su desagrado por el reemplazo de Moco por Van Dunen, uno de los históricos de la llamada "linea dura" del gubernamental Movimiento Popular de Liberacion de Angola (MPLA).
Presidente hasta el lunes de la Asamblea Nacional (parlamento), Van Dunen ya estuvo al frente del gobierno desde 1991 a 1992. Fue el último primer ministro de la era de partido único, el sistema con que el MPLA gobernó desde la independencia de Portugal en 1975 hasta las elecciones generales de hace cuatro años.
Fernando José de Franca Dias Van Dunen, abogado de 61 años, pertenece a una de las principales familias de políticos angolenos y está emparentado con el general Antonio dos Santos Franca N'Daluel, asesor militar del presidente, y con el legentario comandante guerrillero Loy Van Dunen.
Miembro de la dirección política del MPLA desde la fundación del movimiento en 1961, cuando estalló la guerra de liberación contra el ejército colonial portugués, Van Dunen estudio jurispridencia en la universidad holandesa de Utreque y luego se doctoro en Aix-En- Provence, Francia.
Antes de ocupar la jefatura del gobierno, fue vicecanciller, ministro de Justicia y posterioriormente de Planificación.
En el campo diplomático, fue cinco veces embajador de Angola: en Bélgica, Holanda, Comunidad Europea (actual Unión Europea), España y Portugal. (FIN/IPS/mdq/ff/ip/96).