México coordinará una red de comunicación entre gobiernos dirigida a concertar estrategias contra la desertización en América Latina y el Caribe, fenómeno que afecta a unas 300 millones de hectáreas en la región y que amenaza con extenderse, informaron hoy autoridades.
"Estamos ante un problema peligroso por sus impactos como la falta de alimentos y la modificación de los ciclos de agua", dijo Oscar González, subsecretario de Recursos Naturales de México, al informar sobre las conclusiones de la II Conferencia Latinoamericana y del Caribe contra la Desertización.
En la cita, celebrada esta semana en la capital mexicana, delegados de 22 países acordaron establecer una red de información para "avanzar de manera coordinada en la lucha contra el avance de la desertización", que según dijeron, afecta a 40 por ciento de la superficie del planeta.
Además, se comprometieron a incorporar en planes de gobierno conceptos que eviten la degradación de los suelos y alienten la participación de organizaciones no gubernamentales en los programas contra esa problemática.
"Necesitamos un sentido de cooperación global para poder dirigir mayores recursos económicos para detener la desertización", señaló el experto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Hama Arba Diallo.
La ONU destina 1,5 millones de dólares por año para apoyar proyectos contra la desertización, una cifra mínima frente a los 24.000 millones de dólares recomendada durante la Cumbre de la Tierra, celebrada en 1992 en Brasil.
El "síndrome de la desertización" pone en peligro los medios de subsistencia de 850 millones de personas en el mundo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUD).
El organismo indica que de los 45 millones de kilómetros cuadrados que comprenden las zonas áridas del mundo, incluyendo la tierras tropicales subhúmedas, tres cuartas partes ya están afectadas por la desertización.
Un mapa elaborado hace poco más de una década por la ONU mostraba que las zonas más afectadas por el fenómeno eran, en orden descendente, Australia, Africa, Asia, América y Europa.
En el cuadro se indicaba que las áreas más perjudicadas se ubicaban en el sur de Estados Unidos, algunas zonas de Chile y México, el noreste de Brasil, vastas extensiones de Irak y Pakistan, así como partes de Turquía, España y del noreste de Australia.
Según estudios de la ONU, la desertización afecta a una sexta parte de la población mundial y a 70 por ciento de todas las tierras secas, equivalentes a 3.600 millones de hectáreas.
"Los efectos más visibles de la desertización, a parte de la pobreza generalizada, son la degradación de 3.300 millones de hectáreas de pastizales y la perdida de fertilidad de los suelos", dice un documento de la ONU presentado en la Cumbre de la Tierra.
González sostuvo que con la creación de la red de coordinación en América Latina y el Caribe, la región estará "mejor preparada" para evitar que continúe la desertización. (FIN/IPS/dc/ag/en/96