La Organización de Estados Americanos (OEA) clausuró hoy su XXVI asamblea general en Panamá marcada por el rechazo mayoritario de sus estados miembros a la controvertida ley Helms-Burton de Estados Unidos, que amplía las sanciones contra Cuba a terceros países que negocien con la isla.
A pesar que durante los cinco días de sesiones los 34 países miembros lograron importantes avances hacia la transformación de la OEA en el organismo integrador por excelencia en América, la actitud desafiante mostrada por la delegación estadounidense dejó una estela de puntos suspensivos sobre su futuro inmediato.
Treinta y dos de los 34 estados miembros de la OEA decidieron someter a consulta del Comité Jurídico Interamericano de la OEA la validez de la ley Helms-Burton, y si la misma es contraria a las leyes y disposiciones internacionales sobre la libertad de comercio.
El representante permanente de Panamá en la OEA y actual presidente del Consejo Permanente de esa organización Lawrence Fábrega, declaró que "la actitud poco diplomática" de Estados Unidos tras la aprobación de la resolución "aumentó aún más el malestar" del resto de los estados miembros.
Sin embargo, el canciller encargado de Panamá Ricardo Arias, quien presidió la asamblea general, afirmó que a pesar de las controversias con Estados Unidos los delegados le dedicaron "mucho más tiempo al resto del temario" que a debatir sus diferencias con Washington.
A pesar de ello, Arias subrayó que en caso de una decisión desfavorable a Estados Unidos en el Comité Jurídico, ese país podría sufrir serias consecuencias políticas y diplomáticas.
"Las decisiones de la OEA o sus organismos de ninguna forma afectan los procesos internos de los países. Pero los fallos de sus organismos sirven para sentar pautas a nivel internacional y para que otras organizaciones tomen nota de esa decisión", destacó.
Al margen de la disputa por la ley Helms-Burton, la XXVI asamblea general aprobó la "Declaración de Panamá" y el "Consenso de Panamá" y dejó constituido formalmente el Consejo Interamericano para el Desarrollo Social (Cidi).
Asimismo, emitió alrededor de 35 resoluciones sobre temas de interés regional, designó a Perú como la sede de su XXVII asamblea general en 1997 y convocó para el 8 de diciembre a una conferencia sobre desarrollo sostenible en la región, cuya sede será la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.
El Consenso de Panamá, considerada la declaración de rigor de las asambleas generales de la OEA, definió la concertación política como el medio más idóneo para superar los retos y desafíos de la globalización y el multilateralismo que rigen "la nueva etapa" de esa organización.
En esa declaración los cancilleres respaldaron los esfuerzos que está haciendo la OEA en favor del libre comercio en el hemisferio, así como el diálogo político y la integración "dentro de un marco de pleno respeto a la voluntad soberana de los estados".
La necesidad de ratificar la Convención Interamericana contra la Corrupción, adoptada en Caracas en marzo pasado, la adopción de medidas contra el "lavado" de narcodólares, el tráfico de drogas y el terrorismo en todas sus formas, también figuran entre las recomendaciones de la asamblea general.
En el plano político se emitió una declaración de apoyo al proceso de pacificación en Guatemala y en favor de una solución pacífica a la reivindicación argentina sobre las islas Malvinas, cuya disputa con Gran Bretaña generó una guerra en 1982. (FIN/IPS/sh/dg/ip/96).