Cancilleres de los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) mostraron coincidencias en torno el nuevo papel integrador asumido por esa institución y su propósito de participar del combate contra la pobreza y del esfuerzo por el desarrollo.
Tales conclusiones surgieron de tres rondas de conversaciones que los cancilleres realizaron antes de la inauguración de la la XXVI asamblea general de la OEA, que este lunes comenzó en Panamá. También fue instalado formalmente el Consejo Interamericano de Desarrollo Integral (CIDI).
El secretario general de la OEA, Cesar Gaviria, señaló a la prensa que los nuevos mecanismos forman parte "del proceso de renovación" de la OEA.
"Esta reunión constituye la primera de ese nuevo instrumento (el CIDI), que ha sido aprobado por todos los estados a través de sus congresos", dijo Gaviria.
La unánime raificación del acuerdo que dio origen al CIDI alienta "la gran esperanza de que cada vez tengamos una mayor capacidad colectiva que nos permita enfrentar los problemas de la región", agregó.
Entre esos problemas identificó en primer lugar la pobreza crítica, "pero también los del comercio y el desarrollo".
En un discurso pronunciado ante los 34 cancilleres, Gaviria dijo que la OEA dejará de ser una organización proveedora de asistencia técnica para ser "promotora de la cooperación internacional, articuladora y facilitadora de la acción colectiva".
Areas como la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, la consolidación de la democracia, la modernización del Estado, el apoyo a los parlamentos, la seguridad ciudadana, el desarrollo social, el turismo, educación y ambiente, tienen categoría de primer órden en el nuevo papel de la OEA, según Gaviria.
El funcionario advirtió que en esta nueva etapa, la OEA debe abandonar "los esquemas rígidos de reparto porcentual de los recursos entre los países receptores" por otro esquema en que las naciones más avanzadas "liberen recursos y oportunidades" para las menos desarrolladas.
A su juicio, esa forma va a reflejar "con mayor claridad la solidaridad de la cooperación" y de ello emergerá "la OEA solidaria del siglo XXI que queremos todos".
Los cancilleres también aprobaron la declaración de rigor que emanará de la asamblea general, denominada "Consenso de Panamá", en la que consignaron su reconocimiento del canal de Panamá es "un valioso patrimonio de esta República y una estructura marítima de alcance interamericano y mundial".
La concertación política como medio idóneo para enfrentar los desafíos de la globalización, y el multilateralismo como un instrumento fundamental "para fomentar la paz, la seguridad y el desarrollo de los pueblos de América", también fueron acogidos en la declaración.
Así mismo, los cancilleres respaldaron los esfuerzos de la OEA en favor de mecanismos de libre comercio en el hemisferio, del diálogo político y la integración "dentro de un marco de pleno respeto a la voluntad soberana de los estados".
También exhortaron a la comunidad internacional a continuar su apoyo a la tarea de remoción en América Central de las minas terrestres que datan de los conflictos armados de la década pasada.
El nuevo rumbo de la OEA fue apoyado expresamente por el vicesecretario de Estado de Estados Unidos Strobe Talbott, que destacó coincidencias de ese enfoque con la política exterior de su país.
"La OEA es la visión y la propuesta que nuestro pueblo y nuestros líderes tienen como perspectiva futura de integración", subrayó Talbot, al explicar el respaldo de Estados Unidos al nuevo papel de la organización hemisférica.
Mientras, el canciller de México, José Angel Gurría, dijo que en el nuevo esquema de la OEA, "el combate a la pobreza emerge, sin duda, como el tema y la misión más importante que tenemos ante nosotros"
A juicio de Gurría, la concreción de una zona hemisférica de libre comercio oara el año 2005, decidida en la cumbre de Miami de 1994, es "un campo de acción preciso para el CIDI, al ser clara la relación entre libre comercio y desarrollo integral de nuestros países".
El canciller encargado de Panamá, Ricardo Arias, indicó por su parte que la nueva etapa de la OEA "ofrece a sus miembros la posibilidad de un espacio de participación democrática más activo, muy innovador y pleno de potencialidades".
Según Arias, a partir de la XXVI asamblea general de Panamá la atención de los estados de la región deberá concentrarse en la pobreza crítica, un problema que "dramático" que obstaculiza "la estabilidad y la gobernabilidad" de los países de América.
En ese sentido, instó a los estados miembros a "un vigoroso y solidario ejercicio de cooperación internacional" para aliviar la pobreza extrema, que afecta a más de la quinta parte de los países de América Latina.
La XXVI asamblea general de la OEA, que sesionará hasta el viernes, tiene previsto analizar una agenda de 60 puntos en tres comisiones regulares, una comisión especial y ocho asambleas plenarias. (FIN/sh/ff/ip/96).