Un proyecto de exploración minera en un área virgen de Dominica amenaza con opacar su condición de "isla natural del Caribe".
Los actores son el gobernante el Partido Unido de los Trabajadores del primer ministro Edison James, la empresa minera australiana Broken Hill Priority Company (BHP) y la Asociación Conservacionista de Dominica (DCA).
El gobierno pretende entregar a la BHP un permiso para comenzar actividades exploratorias para la extracción de cobre y otros minerales en un área de la reserva forestal del noreste del país, uno de los cuatro parques nacionales.
Las reservas de bosques del norte y el centro de Dominica contienen parte de las selvas menos afectadas por la actividad humana de Caribe, y son el único territorio de unos 3.000 indígenas caribe, sobrevivientes de los pobladores nativos de la región.
Pero la DCA amenazó con llevar el asunto ante la justicia y espera detener el inicio de las perforaciones exploratorias. Autoridades del organismo presentan como argumento los antecedentes de la BHP.
La empresa está involucrada en una batalla legal en las cortes australianas por un reclamo de compensación de 2.900 millones de dólares por daños supuestamente causados por la OK Tedi Mine, de la cual la BHP es accionista, en operaciones en Papúa Nueva Guinea que resultaron en la contaminación del sistema fluvial.
La BHP ha ofrecido una compensación de 10 millones de dólares, mientras ya entregó cuatro millones a unos 30.000 habitantes de la zona.
Los intereses de la BHP en el Caribe y América del Sur son extensos, y abarcan minas de cobre en Chile y carbón de hierro en Brasil, y la exploración minera en República Dominicana, Jamaica, Panamá, Belice, Guatemala, México, Guayana Francesa, Bolivia, Perú y Argentina.
La polémica por este caso plantea uno de los mayores dilemas del Caribe, a medida que la integridad ambiental es sacrficiada en aras de los beneficios políticos y la realidad de la pobreza y el creciente desempleo.
El terreno volcánico de Dominica se mantuvo intacto durante la era colonial, y ahora los bosques cubren 41 por ciento del país. Según ambientalistas, los 365 ríos de Dominica permanecen libres de contaminación.
En muchas áreas la vida silvestre se encuentra en abundancia, y los indígenas caribe mantienen su comercio tradicional de canoas y tejidos.
Autoridades de turismo afirman que Dominica es la isla del Caribe menos malograda y un destino turístico clave, y temen que si el gobierno permite la exploración de minerales la situación se altere irreversiblemente.
Pero a pesar de su belleza natural, Dominica sigue siendo una de las islas más pobres de la región, con un nivel de desempleo de alrededor de 15 por ciento.
La economía del país depende en gran medida de la industria del banano. En 1993, la fruta aportó casi 50 por ciento de las ganancias de divisas de Dominica.
Pero en los últimos años, la industria se vio afectada por una serie de huracanes que destruyeron varias cosechas. El gobierno considera la propuesta de extracción minera como un medio de diversificación de la economía. (FIN/IPS/tra-en/sl/cb/lp/en/96