Académicos y residentes de esta pequeña ciudad de Virginia Occidental en Estados Unidos presionan a cuatro plantas químicas para que admitan inspecciones de seguridad en sus instalaciones.
Las plantas, propiedad de las estadounidenses Union Carbide, FMC, Atlantic Richfield y la francesa Rhone-Poulenc, operan varias instalaciones en el mundo que en varias ocasiones perjudicaron a comunidades locales.
Cuando los integrantes de la comunidad enviaron recientemente una petición de inspección a las plantas químicas, pusieron en práctica una nueva táctica. En general, el método de responsabilizar a las empresas involucra procesos legales después de un desastre ambiental.
El profesor de ciencia política del West Virginia College Gerry Beller sostiene que las inspecciones de seguridad deben cubrir todos los aspectos de las operaciones en las plantas.
Cuando una planta de la Union Carbide en Bhopal, India, liberó metil-isocianato 12 años atrás, murieron varios de miles de personas.
Comunidades estadounidenses están amenazadas por riesgos similares por la actividad de grandes plantas químicas. En 1994, una explosión en Shell Chemical en Belpre, Ohio, mató a tres trabajadores y forzó la evacuación de al menos 1.700 residentes.
La Philips Petroleum enfrentó varios juicios después de una explosión que en 1989 mató a 23 personas en su complejo de Houston.
Pocas empresas han aceptado inspecciones independientes. Según Suellen Keiner, abogado del Instituto de Legislación Ambiental, con sede en Washington, el proceso de certificación de auditores independientes aún no está muy desarrollado, aunque podría ser la tendencia del futuro.
Pero algunos integrantes de la comunidad como Warne Ferguson, trabajador de la planta de Rhone-Poulenc en Virginia Occidental, prefieren el camino de las decisiones legales contra empresas que ya han cometido faltas.
Ferguson se sumó a otros en un juicio contra la Rhone-Poulenc tras una filtración y posterior incendio que en febrero le produjo quemazón en los ojos. Varios años atrás, una explosión en su lugar de trabajo lo mantuvo en el hospital durante tres días.
En el caso de Ferguson participan el ex juez de la Corte Suprema del Estado Richard Neely, quien ha defendido a trabajadores en previos juicios contra Rhone-Poulenc y la FMC, y el abogado de Luisiana Henry Dart, que trabajó en cuatro largos juicios contra empresas químicas. (FIN/IPS/tra-en/bm/pc/yjc/lp/en/96