AGRICULTURA: Europeos no comunitarios luchan por semillas locales

El grupo G-30 (Países Europeos no Miembros de la Unión Europea) pareció anotarse hoy un éxito en la Cuarta Conferencia Internacional sobre Recursos Genéticos Vegetales que terminará este fin de semana en Leipzig, al defender un proyecto sobre Derechos de los Agricultores.

Tal vez muy poco conocido y notorio, el Grupo de los 30 ha hecho sin embargo una importante contribución a esta conferencia, en particular por impulsar en la sesión plenaria este proyecto, pese a la disputa de última hora sobre el mismo.

El grueso del G-30 son países de Europa oriental, las nuevas repúblicas independientes que pertenecieron a la Unión Soviética y naciones europeas occidentales que no integran la Unión Europea (UE). Pero el grupo también incluye a las repúblicas que formaron parte de la anterior Yugoslavia, más otras como Turquía e Israel.

El Grupo de los 30, nuevo en ambientes internacionales, quiere que la conferencia incluya en el Plan General de Acción una propuesta que exhorta a los países a sancionar normas legales que permitan la distribución y comercialización de variedades de semillas de los propios agricultores locales y otras variedades.

Los problemas que deben afrontar muchos de los países del G-30 derivan del colapso de la Unión Soviética, pues en la prisa por modernizarse y harmonizar con el resto de Europa, no hicieron otra cosa que copiar las normativas de la UE, incluyendo las normas sobre comercio de semillas.

Esas normas obliga a registrar en los servicios nacionales competentes las variedades comercializables de semillas, a fin de garantizar su calidad.

Ello requiere que las semillas observen los llamados criterios DUS, es decir, que sean distintas, uniformes y estables. Pero esto es difícil de obtener con las semillas de los agricultores, que casi nunca son distintas ni uniformes.

En consecuencia, los agricultores que plantan sus propias variedades distintivas de una gama entera de hortalizas, granos y frutas, tienen dificultades para penetrar el mercado.

Los agricultores de esos países necesitan del respaldo internacional -como puede ser el de esta conferencia- porque sus reclamaciones parecen haber caído en saco roto en sus propios países.

Entre los miembros del grupo, Suiza tiene algunas normas en vigencia para proteger a las variedades de cereales de sus agricultores, y el gobierno prepara nuevas leyes para las frutas y las hortalizas a fin de autorizar la comercialización de las variedades locales.

No obstante, la experiencia de Polonia y de otros países muestra que los gobiernos, en su empeño por introducir reformas de mercado, han ignorado los intereses de los agricultores, que dependen de las variedades locales de semillas. (FIN/IPS/tra-en/dds/arl/dv/96)

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