El presidente de Zambia, Frederick Chiluba, tendrá una fácil carrera rumbo a la reelección en los comicios previstos para octubre, pues sus principales rivales no podrán postularse impedidos por enmiendas constitucionales "a medida".
Ninguno de ellos renunció a sus ambiciones políticas, pero fueron descalificados antes de lanzar sus candidaturas debido a tres cláusulas de la nueva constitución de Zambia, sancionada este martes por el gobierno.
Cada una de estas disposiciones constitucionales, dos de las cuales fueron calificadas de xenófobas y racistas, parecen haber sido confeccionadas a medida para cortar de raíz sus carreras políticas de varios dirigentes con nombre y apellido.
El ex presidente Kenneth Kaunda no podrá presentar su candidatura, porque la denominada "cláusula de ciudadanía" impide la postulación de todos aquellos cuyos abuelos no hayan nacido en Zambia.
Kaunda, cuyos padres, misioneros originarios de Malawi, se establecieron en el país en la década del 20, condujo a este país a la independencia en 1964 y continuó en la presidencia hasta su derrota electoral en 1991.
La nueva constitución, aprobada este martes, también prohíbe la candidatura de jefes aborígenes tradicionales, a menos que renuncien al mando de sus comunidades. Y pocos parecen dispuestos a hacerlo.
Esta cláusula en particular elimina de la competencia al delfín de Kaunda y vicepresidente del Partido Unido por la Independencia Nacional (UNIP), Inyambo Yeta, jefe de una comunidad.
Una tercera cláusula, deslizada en el borrador de la constitución a último momento, establece que todo aspirante a la Presidencia deberá haber residido en el país durante los 20 años previos.
Denan Mung'omba y Derek Chitala, presidente y secretario general del Congreso Democrático de Zambia (ZDC), vivieron en el exterior entre 1975 y 1984, mientras el líder del Frente Liberal Progresista, Roger Chongwe, residió muchos años en Australia.
De hecho, Chiluba tenía asegurada la reelección antes de la enmienda, según las encuestas. Ahora tiene todas las cartas en la manga, pero el proceso de reforma constitucional despertó en Zambia sentimientos de xenofobia.
El UNIP y el ZDC, los principales partidos de oposición en Zambia, declararon que no reconocerán la nueva carta, que contó con 121 votos a favor y dos en contra. La treintena de diputados del UNIP se retiraron de sala antes de la aprobación en señal de desaprobación.
"Esta constitución no despierta ningún sentimiento de patriotismo en muchos zambianos. No resistirá la prueba del tiempo. No será aceptada. El Movimiento por la Democracia Multipartidaria (MMD, oficialismo) demostró su arrogancia y su falta de respeto hacia el pueblo", afirmó Yeta.
El UNIP iniciará acciones legales para la eliminación de las cláusulas constitucionales discriminatirias. Si el camino jurídico fracasa, el partido ejercerá intensa presión para que las elecciones no se celebren, agregó el dirigente.
El ZDC prometió que reformará la constitución "cuando llegue al poder", pues "lesiona los derechos del pueblo", dijo Mung'omba. "Continuaremos rechazando la carta por medios pacíficos", agregó.
"El MMS será el único responsable por cualquier acción que el pueblo determine", sostuvo Mung'omba. La oposición advirtió, antes, durante y después del proceso de reforma constitucional, que cualquier medida tendente a prohibir candidaturas generaría inquietud política.
De las tres cláusulas, la de ciudadanía fue la que ocasionó las principales controversias. Los partidos opositores presionaron a gobiernos de Africa y de Occidente para que rechacen la enmienda. Incluso dos diputados del MMD objetaron la nueva constitución.
Los dos legisladores, Simon Zukas, zambiano de origen lituano, y Dipak Patel, de ancestros indios, integraban el gabinete de Chiluba hasta que renunciaron por su oposición al proyecto.
Otro diputado del MMD, Ntondo Chindoloma, desacreditó el malestar de Zukas y Patel en base al origen extranjero de ambos. "Ellos solo tratan de proteger sus intereses egoístas", declaró.
Chiluba sancionó la constitución este martes con bombos y platillos, en aparente respuesta a las señales de desaprobación procedentes de países occidentales y africanos.
El gobierno propuso poco antes una nueva enmienda que postergara las disposiciones referidas a cuestiones electorales en la flamante constitución hasta después de los comicios, pero los diputados del MMD rechazaron la iniciativa.
El diario independiente The Post sostuvo que esta actitud tuvo como finalidad hacer creer a la comunidad internacional que el gobierno intentaba honestamente remover la cláusula discriminatoria.
A pesar de que los opositores pronostican inquietud política a causa de esta cláusula, numerosos ciudadanos llaman por teléfono a programas de radio locales para opinar que el país debe ser gobernado por un dirigente "incuestionablemente zambiano", como sostuvo un oyente.
La cláusula que impide la candidatura de quienes se ausentaron del país es, en cambio, impopular.
Antes de la aprobación de la enmienda, Chiluba había cerrado la puerta a cualquier diálogo con los opositores, a quienes calificó de "dementes", hasta que "aprendan unos pocos modales y sepan quién es realmente el presidente republicano".
La oposición a la enmienda constitucional por parte del gobierno de Gran Bretaña provocó hostilidades diplomáticas. El vicepresidente de Zambia, Godfrey Miyanda, acusó a la antigua corona colonialista de querer imponer a Kaunda y reclamó una disculpa a la reina Isabel II.
Por su parte, el alto comisionado de Africa del Sur para Zambia, Sam Sterban, dijo que los países vecinos a Zambia tienen derecho a manifestar su opinión, a pesar de que el gobierno de Chiluba considera esa actitud una "intromisión".
"Estamos preocupados por que la situación se maneje adecuadamente para que esto no termine en una violencia de facciones que pueda cubrir toda la región", explicó Sterban.
"Esta preocupación es legítima. Hace unos pocos años, la propia Zambia estuvo involucrada en un 'asunto interno' de Sudáfrica, como lo fue el apartheid (segregación racial institucionalizada)", recordó.
Sterban acotó que "muchos otros países se 'entrometieron' con éxito en ese entonces, y no hubo nada equivocado en esa 'interferencia', pues respondía a una causa justa y acabó con un sistema perverso".
El presidente del MMD, Sikota Wina, acusó a Kaunda y a sus aliados de presionar a donantes y países vecinos en procura de sanciones a Zambia con el fin de obligar al gobierno a poner la constitución a consideración de una asamblea constituyente y no del actual parlamento, como finalmente fue aprobada.
Como alternativa, el ex presidente propuso la postergación de la puesta en vigor de la nueva constitución para después de las elecciones generales de octubre.
La xenofobia en Zambia llegó a tal punto que el vicepresidente Miyanda afirmó que sólo los zambianos nativos podrían acceder al gabinete. (FIN/IPS/tra-en/jc/kb/mj/ip/96)