El gobierno de Venezuela suscribió hoy un convenio con la compañía estadounidense Salomon Brothers, para que esa firma de consultoría organice la privatización de sus empresas del sector siderúrgico.
El espinazo del sector es Siderúrgica del Orinoco (Sidor), un complejo de plantas en el sudeste de Venezuela con una colada anual de 2,8 millones de toneladas de acero, de las cuales exportó en 1995 unas 720.000 toneladas.
Los principales mercados externos de Sidor están en Colombia, América Central y México (76 por ciento), seguidos de Estados Unidos, Canadá y compradores en Europa y Asia, generando 276 millones de dólares en ingresos de divisas.
El volumen anual de negocios de Sidor supera 1.000 millones de dólares, su deuda externa es de unos 690 millones de dólares, efectuó inversiones en 1995 por 80 millones, y tuvo pérdidas por 300 millones de dólares, que atribuye a la fuerte devaluación de fin de año del bolívar frente al dólar.
Sidor posee plantas de barras, alambrón, laminados en frío y en caliente, palanquillas y planchones, y otras que producen anualmente 6,3 millones de toneladas de pellas (hierro reducido), un insumo para elaborar aceros.
Esas instalaciones deberán privatizarse en el primer trimestre de 1997, según el plan firmado este lunes en Caracas por Salomon Brothers y los organismos estatales Corporación de Guayana y Fondo de Inversiones.
El plan incluye privatizar, en 1996, a Fesilven, productora de ferrosilicio (insumo de aceros), y una inconclusa planta de tubos sin costura -insumo de la industria petrolera- que requiere inversiones por 400 millones de dólares y en las que el Estado gastó unos 370 millones.
Salomon Brothers manejará como noción de conjunto la privatización del sector hierro y acero, aunque el Estado descarta absolutamente vender o ceder las minas que producen al año unos 20 millones de toneladas de hierro y tienen reservas para producir a ese ritmo por 500 años.
El acceso a ese insumo mediante acuerdos para transformar el hierro en Sidor es uno de los atractivos del complejo de acerías, por otra parte urgido de inversiones en adecuación tecnológica.
El Estado venezolano se ha propuesto privatizar también su sector aluminio, para obtener unos 1.000 millones de dólares en procura de enjugar el déficit fiscal, y para ello firmó una asesoría con la companía consultora Merryl Lynch.
Otra importante inyección de recursos dejaría la venta de 49 por ciento de acciones en la companía telefónica que se privatizó en 1991 y cuya colocación está en manos de otra consultora, Lehman Brothers, según un contrato que el gobierno quiere revisar. (FIN/IPS/hm/ag/if/96)